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—No me simpatizas. —Le dije a Mitsuya. —Yo quería un hotdog con habanero.

—Draken dijo que no podías comer picante, porque si te doy después no saldrás del baño.

—¿Cuántas veces tengo que decirles que ya no me dan ganas de ir al baño cuando como picante? —Bufé. —Dame mi hotdog o te pateo.

Mitsuya me pasó el hotdog pero yo rápidamente agarré la salsa Valentina y le dejé caer tres litros.

—Ah, ya me cargó la... -

—¿Hueles eso? Es el sabor de la victoria. —Reí y mordí el hotdog.

—Eso huele a gastritis segura. —Murmuró comiendo sus nachos.

—Le falta. —Iba a agarrar la salsa pero él me quitó el envase y lo puso en otra mesa. —Aguafiestas.

—No quiero que me culpen por haber destruido la taza del baño. —Dijo.

—Te odio. —Gruñí.

—Yo también te quiero, loca. —Rió divertido.

—¿Y... —Tragué mi bocado. —... por qué te habló Draken para que fueras por mi a la casa?

—Ah... Jeje, ya ves, yo le hablé a él porque... ¡Quería pasar tiempo contigo! Es que eres bien buenísima onda, y dije, ¿Por qué no pasar tiempo contigo?

 ¡Quería pasar tiempo contigo! Es que eres bien buenísima onda, y dije, ¿Por qué no pasar tiempo contigo?

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No le creí ni maíz. Él se rió y sus orejas lo delataron, se pusieron rojas.

—Dame un minuto. —Saqué mi celular y marqué el número de Draken.

Pronto se escuchó una risa femenina, y Draken hablando. Colgué y miré seria a Mitsuya. Aplasté mi celular con todas mis fuerzas rompiéndolo.

—Maldito escarabajo, ¡Se atrevió a mentirme! ¡Y tú le seguiste la corriente! —Exclamé levantándome, tomando mi chaqueta y salí del local pagándole con un billete grande al señor.

—¡Moe, espera! ¡Espera! —Mitsuya corrió detrás de mi y me tomó del brazo. —¿Por qué te molesta que él esté con Emma? ¿No te has puesto a pensar que algún día Draken tendrá novia, y que quizás en el futuro él pueda casarse y hacer una familia? Moe, déjalo hacer su vida, así como tú harás la tuya.

—No se trata de eso Mitsuya. —Dije soltandome de su agarre. —Si Draken se va yo no voy a tener a nadie, me quedaré sola y estaré como en el principio. Tu no sabes cómo me sentía en el reformatorio, quería salir de ahí y estar con Draken, nunca me sentí protegida si no estoy con Draken.

—Moe, habrá un momento en el que Draken no esté contigo, pero eso no quiere decir que te va a abandonar, o que se va a olvidar de ti.

—Pero...-

—Dale su espacio, él está creciendo y en algún momento dejara el nido.

—Lo haces ver cómo si fuera una mamá gallina que no quiere que su huevo se convierta en un pollo. —Lloriqueé recargando mi cabeza en su hombro. —Hey, contigo si alcanzo parada, con Mikey me tengo que agachar o de plano dejar mi cabeza en su cabeza.

—Vamos a dar una vuelta. —Tomó mi mano entrelazando nuestros deditos y comenzamos a caminar. —Hablame sobre esa obra de teatro.

—No es la gran cosa, se trata de... Espera, tu ya sabes de qué es, tu eres quién hará los vestuarios. —Lo miré con los ojos entrecerrados y él rió.

—Yo haré los vestuarios, si, pero no sé de qué trata. —Me dijo.

—Uhm, pues es uno de los cuentos que pidieron hacer, ya ves que escogieron los mejores cuentos de cada grupo, y de esos se escogió el mejor. La cosa es que se parece a la película de la mujer maravilla, y ah, desafortunadamente yo soy la que sería Diana, o sea la mujer maravilla, pero en el cuento se llama Reah.

Le seguí contando de qué iba mi personaje, y en lo que eso pasaba el cielo comenzaba a apagarse.

Draken llamó a Mitsuya y se molestó porque yo no atendí el celular, pero tras explicarle que había roto mi celular, dijo que nos esperaría en casa.

—Me va a colgar, es el quinto celular que rompo. —Dije mordiendo la manga de mi chaqueta.

—¿En el año? —Preguntó sorprendido.

—No, en el mes. —Lloriqueé.

Cuando llegamos, saludé a Draken, me despedí de Mitsuya y entramos.

—¿Me dirás por qué rompiste tu celular? —Cuestionó apretando el tabique de su nariz con sus dedos.

—Bueno, Draken, yo sé que ya no eres un huevo, y que en algún momento vas a romper el cascarón, y serás un pollito.

—¿De qué rayos hablas?

—Qué yo no tengo ninguna autoridad en ti, y que si no quieres pasar tiempo conmigo debo entenderlo, sé que estás creciendo y necesitas tu espacio, en el futuro tendrás esposa e hijos y yo sólo debo apoyarte. Perdón por ser egoísta y querer que siempre estés conmigo, pero me acostumbré tanto a ti que ahora me siento mal, pero no te preocupes, intentaré poner espacio entre los dos para que tengas tu tiempo con esa Edna y ya no tengas que esconderme que saldrás con ella.

—Se llama Emma, y... Estoy orgulloso de ti. Salir con Mitsuya te hace volver siendo otra persona. —Sonrió y me abrazó.

—Fuchi, hueles a chica. —Gruñí tapándome la nariz y haciendo una mueca. —Vete a bañar o la peste no se irá.

—Y ahí está la Moe que conozco.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Where stories live. Discover now