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Ya era 25 de Noviembre, el cumpleaños de Emma.

—¿Qué le vas a regalar? —Pregunté a Draken.

—Un oso de peluche.

—Ay que divino. —Sonreí.

—¿Tú?

—Ah... Le daré dulces. —Murmuré nerviosa.

En realidad planeaba darle una bolsa y ropa, pero tampoco quería hacer sentir mal a Draken con su regalo. Pero dulces estaba bien, después de todo Emma no era una interesada y le gustaban las cositas pequeñas.

Draken y yo caminamos hacia donde nos encontraríamos con Emma y Mikey.

—¿Entonces? —Pregunté.

—No lo haré.

—Eres un codo. —Me crucé de brazos. —Es una buena oportunidad, el abuelo también quiere lo mejor para ti.

—Pero es tu abuelo, no el mío.

—Ya, pero te quiere como un nieto más. ¿Te había dicho que él esperaba un nieto varón? ¡Puedes ser ese nieto!

—No necesito ser el nieto falso de alguien, estoy bien así.

No sé si estaba presionandolo mucho, o si él estaba mal, pero preferí no hablar más del tema.

Cuando llegamos, Hina estaba en la mesa de Mikey y Emma.

—¡Draken! —Exclamó Takemicchi.

—¿Qué está pasando aquí? —Pregunté confundida.

—¡No es lo que parece! —Exclamó Takemichi.

—¿Estás pasando el día junto a tu hermanita, Mikey? —Preguntó Draken sonriente.

—¿Hermana? —Cuestionó Takemicchi confundido.

—¿No lo sabes? Eloisa y Mikey son medios hermanos. —Le dije divertida tomando asiento entre Mikey y Emma.

—Ya ni me molestaré en corregirte. Además creí habérselo dicho a Hina. —Dijo Emma.

—¿Hina? ¿Qué clase de detective Sherlock eres? —Gruñó volteando a ver a Hina, pero ella estaba junto a Naoto mirando el exhibidor de una tienda de pasteles.

—Toma Emma. —Draken puso el osito sobre su cabeza.

Emma chilló feliz por el regalo del chico que le gustaba, lo abrazó con emoción y yo aproveché a tomarle fotos.

—Oi Elsa, te traje un pastel. —Sonreí tomando la caja que traía para abrirla con ayuda de Mikey y ponerla en la mesa.

Le puse la velita al centro y luego la encendí con un mechero.

Cantamos el feliz cumpleaños a Emma y ella después apagó la vela.

La felicitamos por otro año de vida y fue entonces que tanto Draken como yo nos fuimos de ahí, finalmente era día de hermanos Sano.

—¿Qué quieres hacer? Podemos comprar unos esquites y un elo... Ay mi chaqueta. —Hice un puchero al ver qué mi chaqueta tenía un agujero. —¿Podemos ir a ver a Mitsuya para que la arregle?

—Moe, tienes dinero de sobra, ¿Por qué no solo te compras otra y deshechas esa?

—¿Te caíste o qué? No voy a deshacerme de mi chaqueta.

—¿Por qué no?

—¿No es obvio? Tú me la compraste.

—Moe, eso fue desde que tenías diez, ya está hasta pasada de moda.

—No quiero, es especial, fue el primer regalo que me diste. —Dije.

—Está bien, vayamos con Mitsuya a qué la arregle.

—¡Yey!

Cuando estuvimos con Mitsuya, me regañó porque mi chaqueta ya parecía trapo de cocina.

—No mames Moe, ya está muy parchada tu chaqueta, no hay nada más que hacer además de comprarte una nueva.

—¿Qué? No, tu ponle otro parche y ya. ¡Salvela doctor, aún tiene sueños y metas! —Lloriqueé.

—Moe, en serio ya hasta pasó de moda.

—¿Y qué tiene? —Exclamé furiosa.

—¿No la vas a tirar? —Preguntó Draken y yo negué con el entrecejo fruncido. —Bien.

Tomó la chaqueta poniendo sus dedos en el agujero que tenía mi chaqueta, y luego la jaló rompiéndola completamente.

—¡No! ¿¡Qué demonios haces!? —Exclamé arrebatandosela y mirándola.

Ya no tenía remedio, estaba rota completamente.

—¿Por qué...? —Pronto Draken puso una bolsa frente a mi. —¿Qué es?

—Abrela. —Sonrió.

Al abrir la bolsa, y sacar su contenido, era una chaqueta nueva, mucho mejor que la otra.

—Sé que nunca te quitabas esa chaqueta, así que planee algo con Mitsuya. El agujero de la otra no era coincidencia, se lo hice yo y esperaba que te dieras cuenta antes.

—Desgraciado, pude haber guardado la chaqueta y cambiarla por está. —Hice un puchero.

—Al menos ya tienes una nueva. —Me dijo Mitsuya. —Porque en serio, esa ya era del año del caldo.

—¿Y qué tieneeee?

—Ya basta.

—Aish.

NEXT LEVEL [Tokyo Revengers]Where stories live. Discover now