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—¿En navidad? ¿Y no va a intentar matarnos? —Pregunté mordiéndome el labio.

No, ya está entrenada y medicada. —Dijo Niell.

—Hablas como si fuera un perro. —Me reí.

—Ya merito. Ay no es cierto, pinche salvaje. ¡Ya perdón!.... El abuelo quiere hablar contigo.

Supuestamente el abuelo tenía poco de vida, pero consiguieron un donador de pulmones y ahorita anda como si nada. Aún tiene mucho que contribuir en el mundo.

—¿Momo? ¿Qué tal? ¿Cómo te va?

—Todo está bien, Draken está emocionado por pasar la navidad allá.

—Chismosa. —Dijo mirándome de reojo y luego volvió a poner atención a la tele, estaban pasando Ever After High.

Me alegra escuchar eso, mandaré a preparar el mejor pavo enchilado solo para ti.

—¿En serio? ¡Genial, eres el mejor abuelo!

Obvio. Uy, te paso a tu madre. 

—Ya queee. —Hice una mueca.

—¿Cómo que 'ya que'? Mocosa irrespetuosa, cuando vengas verás te voy a dar tus pataditas.

—Uy si, ni me das miedo.

—¡Te voy a...!

—Ya nos vamooos, te queremos mucho, los esperamos aquí en navidad.

—Baybaaaay.

—No pienso convivir con esa loca. —Dijo Draken una vez colgué y guarde mi celular.

—No ni yo. Pero nos invitaron a comer pavito enchilado, en la vida se tienen que hacer sacrificios.

—Me dan escalofríos de solo pensar que tenemos que viajar en avión.

—Viajaremos en tren entonces.

En el día antes a la navidad, ellos habían cancelado pues al parecer tendrían negocios y  llegarían familiares lejanos a visitar al abuelo, así que preferí quedarme junto a Draken.

No hicimos la gran cosa, el 24 decidimos pasarlo con los Sano, preparamos algo de comida, y por preparamos me refiero a que Draken hizo todo.

Antes de media noche Mikey quiso enseñarme a conducir una moto, sobre eso, si le compré su moto a Draken y de paso me compré una yo. Bueno el punto es que Mikey era muy paciente y me indicaba hacia donde ir y que hacer, así que aprendí rápido con él.

—Te dije que si me enseñaba alguien más si iba a aprender. —Dije divertida mostrándole mi lengua a Draken de forma infantil.

—Mikey tiene paciencia, y eso es lo que a mí me falta contigo. —Dijo burlón.

—Ay pero no fuera Emilia porque con ella si tienes paciencia, burro.

—Mensa.

—Baboso.

—Cagona.

—¡Ya superalo, solo fue una vez!

—Igual tapaste el baño, eres una cagona.

—Como Takemichi, cuando Kenchin y yo peleamos nos dio palabras inspiradoras pero tenía popó en el cabello, y eso lo arruinó todo. —Dijo Mikey mientras reía.

Draken se rió pero yo no sabía de qué hablaban, a lo mejor y era antes de que llegáramos las chicas y yo o no sé.

Para la segunda vuelta, Draken me prestó su moto para conducirla yo sola, y esa clase con Mikey había dado frutos porque ya sabía hacerlo solita.

Escuché que Mikey dijo algo, pero como estábamos algo distanciados no escuché bien. Luego de un rato volvió a hablar y dio vuelta en una esquina, no supe hacia donde iban pero igual los seguí.

Para cuando nos detuvimos estábamos frente a una iglesia, y rodeando ésta habían un montón de personas con uniformes de pandilla, el logo era de unos dragones.

—Black Dragons. —Dijo Mikey deteniendo su moto. —Te dije que era Mitsuya.

Pues ahí estaba la moto de Mitsuya, supongo que hablaron de él cuando no logré escucharlos.

—Moe, quédate ahí. —Dijo Draken.

Draken le hizo paso a Mikey dentro de la iglesia, y en cuanto él entró Draken se lanzó a los puñetazos con la multitud hasta que después de un ratito acabo con todos.

—Rayos, tienes que enseñarme a pelear así de genial. —Sonreí emocionada.

—No se hace, se nace. —Dijo burlón y yo lo golpeé. —Hey, ¿Y esa fuerza?

—Callate mugroso. —Gruñí.

Para después de un rato, Mikey salió junto a Mitsuya, Takemicchi, Chifuyu, Hakkai y a la que reconocí como Yuzuha, todos estaban golpeados.

Detrás de ellos estaba el hermano mayor de los Shiba, Teiju.

Luego de eso todos nos fuimos a nuestro departamento para curarlos, puse todo mi empeño en no hacerle caso a la mirada de Yuzuha sobre mi.

—¿Te gustó o qué? —Gruñí irritada por su mirada.

—La verdad sí. —Dijo con una leve sonrisa.

—Callate. —Espeté apretando el algodón a su herida haciendo que chillara. —¿No que muy gallita?

—Callate Moe. —Dijo con los ojos cerrados.

Le puse banditas en donde estaba más feo el asunto.

—Ugh, quedaste más horrible. —Le dije burlona.

—Tu estarás muy linda, cabrona. —Dijo irónica.

—Obvio, soy increíble, lo sé y lo sabes. —Ella rió levantándose.

—¿Repetimos lo de la otra vez? —Preguntó bajando la voz, solo para ambas.

—No sé de qué hablas. —Le dije haciéndome la loca.

—Ah claro, ya tienes un noviecito, veremos cuándo se te pasa el gusto. —Murmuró yendo hacia su hermano.

Gruñí yendo con Chifuyu para ayudarlo a curarse.

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