𝐀𝐟𝐭𝐞𝐫 𝐒𝐞𝐯𝐞𝐧: 𝐻𝑎𝑝𝑝𝑦 𝑁𝑒𝑤 𝑌𝑒𝑎𝑟

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 — ¿Qué haces?— se escuchó detrás suyo.

 Sarah se volteó con rapidez, asustada. Nick la observaba con una expresión seria en el rostro.

 — Dios... Nick, me espantaste— exhaló mientras ponía una mano en su pecho, tratando de calmar su acelerado corazón.

 Él solo la miraba fijamente, sin decir ni hacer nada. Su cuerpo se notaba bastante tenso. Por un momento, la mujer se sintió como una niña pillada en medio de una travesura.

 — No quiero sonar entrometida pero...— jugó con sus dedos, algo incómoda por el silencio—. ¿Qué tienes ahí?— señaló la puerta detrás de ella.

 Nick cerró un momento los ojos, respirando profundo para relajarse.

 — Cosas sin importancia. Solo artilugios de mi familia que prefiero tenerlos ahí— explicó luego, mirándola a los ojos.

 Sarah asintió con la cabeza, entendiendo eso. Aunque muy en su interior la curiosidad no se sentía satisfecha con la respuesta dada.

 La música seguía sonando, se le ocurrió una idea para aligerar el ambiente pesado.

 — Vamos a bailar.

 Oh, can't you see

You belong to me

How my poor heart aches

With every step you take

 Sonriendo lo tomó de la mano para llevarlo al centro de la habitación, Nick se dejó guiar, confundido. Sarah se paró frente a él, le indicó que pusiera sus manos en su cintura, el pelinegro le hizo caso y ella rodeó su cuello con sus manos. Empezaron a moverse de izquierda a derecha, balanceándose al ritmo lento de la música.

 Se dejaron llevar, de los labios del hombre surgió una linda sonrisa, su pareja notó que estaba más calmado, y ella también. Se miraron mutuamente.

 — Como no tuvimos el cliché baile escolar, aquí estamos— comentó entonces ella, divertida.

Since you've gone I've been lost without a trace

I dream at night I can only see your face

I look around but it's you I can't replace

I feel so cold and I long for your embrace

I keep crying baby, baby please

 Ambos rieron ante esa ocurrencia. Nick la acercó más hacia sí y le susurraba la letra de la canción al oído, ella cerró los ojos y se aferró más a él mientras seguían bailando. Apoyaron sus frentes contra sí, sus respiraciones eran calmadas.

 No existía nada más que ellos...

 Hasta que sonó el timbre de la casa, interrumpiendo el momento.

 La pareja paró de bailar y compartieron una mirada de desilusión. A regañadientes se separaron, Sarah dijo que ella atendería la puerta y Nick aceptó, él vería que podrían cenar esa noche.

 La castaña se encaminó a la entrada principal, en todo el transcurso el timbre no dejaba de sonar. Rodó los ojos, irritada, la persona del otro lado sí que era un insufrible impaciente.

 Abrió la puerta, encontrándose con un hombre vestido de traje bastante formal y vestido correctamente. Para Sarah tenía cierto aire familiar. El hombre desconocido la miro con rareza, era obvio que no la ubicaba.

 — ¿Nick contrató una sirvienta?— preguntó más para sí mismo, aunque la contraria lo pudo escuchar perfectamente.

 — Disculpe, ¿Quién es usted?— trató de sonar amable, ya que estaba resistiendo las ganas de insultarlo.

𝐋𝐎𝐒𝐈𝐍𝐆 𝐆𝐀𝐌𝐄 ⁞ 𝘕𝘪𝘤𝘬 𝘎𝘰𝘰𝘥𝘦Where stories live. Discover now