Un Amor Desde La Infancia [COMPLETA]

Capítulo 30

Maratón [5/-]

Una cuadra antes de llegar a la casa de él, vi que estaba su auto, luces encendidas, se me hizo extraño, pero más fue que vi otro carro al lado del de él. Aparqué mi auto, me bajé, guardé los papeles y me acerqué a la puerta, toqué el timbre y una chica abrió la puerta, vi que llevaba una camiseta de él.

—Tú quién eres? —me preguntó la chica.

—Yo... este.... —estaba sorprendida —esta Juan? —le pregunté.

—Esta dormido, esta muy rendido por lo que hicimos anoche —me sonrió.

—Qué? —se me rompió el corazón.

—Quién es? —se me erizó la piel al escucharlo.

—Es una... —la chica me miro de pies a cabeza —alguien te busca —me sonrió y se hizo a un lado.

—Quien es entonce... —se quedó sorprendido al verme —Kim —se puso pálido.

—Tuviste un buen de viaje de negocios —suspire enojada.

—Querida, él no tuvo ningún viaje de negocio —empezó a hablar la chica —estuvo conmigo estos días —lo abrazó por la cintura.

—Enserio? —mis ojos se llenaron de lágrimas.

—Te lo puedo explicar —Juan separó a la chica.

—No quiero saber nada de ti, perdón por interrumpirlos —me fui a mi auto.

—Espera —Juan agarró mi muñeca.

—Suéltame —le dije con la voz quebrada.

—Te lo puedo explicar —me soltó.

—No tenias el valor suficiente para decirme que no querías estar conmigo —lo empujé pero fue un poco —estabas conmigo y te acostaste con ella —lo miré con asco.

—Te lo puedo explicar amor —me iba a agarrar mi mano pero me alejé.

—Nosotros terminamos —guardé los papeles —no quiero saber nada de ti —me fui al lado del piloto.

—De qué son esos papeles? —me preguntó curioso, pero sus ojos estaban llenos de lágrimas.

—Nada que te interese, largo —me sequé las mejillas.

—Kim, por favor, yo te amo —me agarró de la cintura y se puso de rodillas.

—Eso hubieras pensando antes de engañarme con una plástica —me solté —hazte a un lado —me subí a mi auto.

Él solo me miraba mientras estaba llorando, yo iba con la vista nublada, no paraba de llorar hasta que.

—Maneja con cuidado —me gritó un hombre.

Me sequé las mejillas, me estacioné y empecé a llorar, vi la prueba de embarazo y volví a llorar. Yo te voy a criar mi amor, acaricié mi vientre, conmigo no te va a faltar nada. Me tranquilice y manejé a mi casa.

—Esta bien señorita? —me preguntó Nelson.

—Si Nelson... —me seque mis mejillas —vino mi prima —le pregunté.

Fin.