il trillo del diavolo.

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-¿Crees que soy idiota? ¡Una bala sería más rápido! Lo único que haces es alargar tu suicidio.

-No sé de qué estás hablando.

-Llevas dos semanas bebiendo como cosaco, no entras a clases, solo duermes cuando te desmayas, no sé si comes, tu American Express está sobregirada…

-Pues para eso es, para usarse.

-Sí, pero…

-Ay, ya, no eres mi mamá.

-Mira, sólo modérate un poco, ¿sí?

-¿El famoso Troy pidiéndome a mí moderación? Dios, ¿tan mal estoy?-pregunto con sarcasmo.

-Creo que no soy el mejor ejemplo a seguir, pero por favor, hazlo por Gaal.

Siento como se me electrizan los vellos del cuerpo al escuchar su nombre.

-¿Cómo sigue?-pregunto mirándome al espejo, alistándome para salir. Me acomodo el reloj Mont Blanc en la muñeca y me acomodo el cuello de la Armani.

-Igual que hace dos semanas, aun no responde a nada, aunque ya se curaron sus cicatrices superficiales.

Ahora que lo pienso, siempre que lo veo, siempre que nos juntamos en un sueño químico, no veo que esté enfermo o herido.

Porque no es él.

¡Cállate! Sí lo es.

-Pues entonces no me puedes pedir que sea moderado. Me moderaré cuando vuelva a estar a mi lado.

-¿Me lo juras? ¿De verdad dejarás de tomar cuando despierte?

-Si despierta, sí-contesto cortante-, mientras tanto, ¿por qué no vienes hoy conmigo?

-¿A dónde iras?

-Un antro, 'il trillo del diavolo'.

-No sé oye muy agradable-responde Troy con cierto desencanto.

-Es en Polanco, acaba de abrir. Hay dos por uno en botellas y no cobran la entrada.

-Oh, entonces creo que te acompañaré, pero llévatela tranquilo.

-Sí, hombre-miento.

Me importa un pepino el lugar, yo solo quiero ver a Gaal y emborrachándome es la única manera en que puedo verlo, en que puedo sentirlo de verdad, en que estamos juntos como antes.

Troy no tarda en alistarse y salimos en busca de 'Il trillo del diavolo'.

**

Llegamos al antro. No es nada como lo imagine, no tiene llamas saliendo del suelo ni diablitas bailado semi-desnudas, ni jaulas colgando del techo, no. Es un más un restaurante-bar con una terraza que deja ver gran parte de la iluminada ciudad. Dentro es más una pista de baile repleta de gente de todo tipo.

-Pedimos primero, ¿no?-pregunto a Troy mientras le enseño mi identificación al guardia de la entrada.

-Veamos primero como es el lugar-responde él. Hago caso omiso y cuando nos asignan una mesa lo primero que pido es una botella de Mezcal. Me he dado cuenta que con él, me emborracho más fácil y por consiguiente, Gaal está conmigo más rápido.

A esto me orillaste. A esto caí por tu culpa, a ser un alcohólico, un borracho cualquiera que daría su vida simplemente para poder verte, para poder exhalar un suspiro en tus labios. Me orillaste a amarte más que a mí mismo y por eso te detesto.

Troy y yo platicamos durante un rato, pero por cada vaso que él bebe yo bebo tres. Hablamos de todo y ninguno de los dos sacamos a colación el tema de Gaal. La música comienza a ser más bailable así que nos levantamos y mientras él se dirige a la pista yo salgo a la terraza con mi vaso lleno. Camino y veo las luces iluminar mi bipolar ciudad. Enciendo un Marlboro y el humo empaña por un instante el brillo de la ciudad.

¿Alfa?, ¿Omega? Where stories live. Discover now