Enmascarado de Plata.

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Me despierto lentamente, sintiendo como mi cuerpo se llena de intranquilidad con cada timbrazo del teléfono.

Ya sucedió. Su cuerpo no pudo más y decidió rendirse… quizás… es lo mejor. Vivir pegado a máquinas no es vivir. Así no sufrirá. Así estará en un mundo mejor.

 Quizás así debía ser, quizás nunca para mí.

Mis pestañas comienzan a pesar por las gotas saladas. Cierro los ojos y suelto pequeños sollozos mientras me acurruco en la almohada inhalando el olor de Gaal.

El teléfono da un último timbrazo y luego silencio, un silencio sepulcral tan intenso como el mayor de los ruidos.

La voz de Troy atendiendo.

Intercambian algunas palabras que no distingo y luego silencio de nuevo. Por los espacios de las persianas se cuelan delgados hilillos de luz que asemejan a las barras de una prisión. Trato de respirar profundamente pero mis respiros se cortan a causa del llanto.

Pasos subiendo las escaleras.

La puerta se abre acompañada de la voz de Troy:

-Sam, ¿estás despierto?-dice en un susurro. No abro los ojos y finjo que aun duermo. Quiero aplazar la noticia lo más posible, quiero sostenerme a ese hilo de esperanza que es más delgado que un cabello. Es lo único que me queda y no quiero que me lo quiten también.

-Sam-repite Troy con más fuerza y me veo obligado a abrir los ojos después de unas fuertes zarandeadas.

-¿Mande?-digo con una voz ronca y rasposa. Me aclaro la garganta y digo de nuevo:-, ¿Mande?

-¿Cómo te encuentras?

-Mal ¿Qué sucede?

Mi respuesta hace que sus ojos desciendan y vean al suelo.

-Es Gaal.

Le doy la espalda y me cubro con las cobijas. A pesar de mis intentos las lágrimas caen una a una.

-Si un hubiera sido por mí, si no hubiera besado a la estúpida de Liza, soy un pendejo, por mi culpa…

-Espera, no, no es eso. Gaal está… bien, dentro de lo que cabe-sus palabras abren una compuerta en mi cabeza, como la tapa de un pozo que deja entrar algo de luz-. Lo transfirieron a Médica Sur un hospital particular. Está muy delicado pero estable.

-¿Podemos ir a verlo? Por favor, iremos en mi coche, sí, deja meterme a bañar y quiero comprar unas flores y un globo-entonces recuerdo que dejé mi coche en la carretera-. Espera, no, mi coche debe estar ahora en el corralón. ¿Me prestas tu Tahoe o vamos juntos?

-Sam, tranquilízate. Siéntate.

-No, no me voy a sentar-respondo y me levanto. Siempre las malas noticias vienen cuando estas sentado.

-Sam, tranquilo, escúchame. Gaal está bien, pero está… dormido. No ha despertado desde el choque. Sam… Sam tranquilo, respira, respira.

Siento como si mi pecho fuera la maquinaria de un buque de guerra que gira y gira y gira y toma más velocidad a cada segundo. Me siento y siento el corazón palpitándome en las sienes.

-¿Está… en coma?-pregunto en un susurro con miedo a la palabra.

-Supongo, no sé, no soy el médico. Mira, esto es lo que vamos a hacer: te vas a fumar un cigarrillo y te vas a calmar, después te vas a duchar y cuando termines bajas y desayunas algo, luego tu y yo iremos a Médica Sur y hablaremos con el doctor, él nos va a explicar cual es la situación, que sigue y todo eso. ¿Entendiste?

¿Alfa?, ¿Omega? Where stories live. Discover now