41. Desafio

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Estaban esperando en el pasillo a que el medico y Gandia saliesen del cuarto de Diego, donde el doctor les estaba atendiendo.

Mia seguía llorando mientras Roberta caminaba de un lado a otro sin aguantar la espera. No sabían hasta que punto les había afectado el incendio, no sabían que ocurriria ahora que todas las pruebas que habían conseguido reunir se habían quemado junto a la bodega.

De un momento a otro el doctor salio acompañado de Gandía.

-Como están?

-Necesitan reposo y tiempo para ir limpiando su organismo. Tragaron mucho humo.Por suerte les sacaron a tiempo. Unos minutos más hubiese significado que ahora mismo no estariamos aquí y ellos no lo contarían.

-Podemos verles?

-Si, pero es importante que no les agobien. Les recete unas vitaminas a causa de la debilitacion que han sufrido. En una semana deberían estar como nuevos

Acto seguido entraron a la habitacion viendo a sus amigos manchados por el humo.
Giovanni apenas y podia hablar sin toser y Miguel seguía con la mascara de oxígeno.

-Charro!- Corrió a sentarse a su lado y le abrazo aun llorando. Miguel estupefacto le correspondió el abrazo.

-Creo que por ahí hay alguien que ahora mismo se está arrepintiendo de haberme sacado del incendio

-Miguel...

-Pues que? Mira como nos mira. Después te dirá

-Me da igual-Se acurrucó sobre el hueco de su cuello y volvió a llorar soltando toda la angustia que había sentido.

-Barbie, que entendiste por no agobiarles?

-Ay Roberta!! Me chocas!

-Los quiero en el patio central dentro de media hora. Nos van a explicar que fue lo que pasó. -Gaston salió de la habitación seguido de Gandía dejando solos a Giovanni, Mia, Miguel, Roberta y Diego, quien aun estaba duchandose.

-Que vamos a hacer?

-No tenemos nada, las pruebas se quemaron en la bodega. Y Gandía no nos creyó cuando le contamos lo que estaba pasando.

-Que saben del chaparro?

-Por lo que nos dijo Madariaga cuando llamó le habían hecho pruebas y tenia un par de costillas rotas y contusiones. Pero está bien. Pudo haber sido peor tratandose de una paliza como la que esos desgraciados le dieron.

-Les dije que era peligroso. Y ahora uno de mis mejores amigos está en el hospital y el otro casi muere conmigo en ese maldito incendio

-Giovanni...

-Tenemos que acabar con esto. Tenemos que encontrar la manera de acabar con esa gente.

Oyó la puerta del baño y subió las escaleras mientras sus amigos disputaban como conseguir algo contra la logia.
Vio como terminaba de vestirse e inmediatamente se le nublaron los ojos por las lagrimas.
Estaban bien.

Jamás habia pensado pasar tanto miedo como ese dia. Jamás se habia enfrentado al miedo de perder a sus seres queridos, especialmente a él.

Quiso abrazarle, pero el orgullo, o el miedo hizo que en vez de eso bajase de nuevo las escaleras para encontrarse con el resto de sus compañeros que seguian discutiendo como terminar con La Logia.

Pudo soltar el aire cuando sintió que bajaba las escaleras. Hacía varios minutos que por sus fosas nasales había entrado su olor. Pero sabía que si volteaba volvería a abrazarla y no se lo podía permitir. No podía asumir aun el miedo que había sentido en esa bodega, principalmente porque si no llegan a sacarles de allí, no la hubiese visto más, ni la podria volver a oler como había hecho en ese momento.

Volvio a suspirar y cuando terminó de vestirse bajó a la planta baja de la habitación.

Todos seguian discutiendo mientras Roberta permanecía con el ceño fruncido, sabía que algo se le estaba ocurriendo. Y no falló.

-Esperense, es imposible que se hayan quemado todas las pruebas

-Tu misma viste el fuego Roberta

-Si, pero no creo que lo que había allí fuese todo. Seguramente tienen más cosas en otros lugares, como en sus cuartos

-NO

-Que?

-No lo vas a hacer Roberta

-Perdon?

-Se lo que estás pensando, y no. Ya nos expusimos demasiado hoy. Casi nos matan por dios! Tomás está en el hospital. Quieres que te encuentren en alguno de sus cuartos fisgoneando y acabar como él?

-Pues es lo único que podemos hacer

-Te dije que no

-Bueno, tu quien te crees que eres eh? 

-A ver chavos, no discutan, no es momento de pelearnos nosotros.

-Es que está loca!

-Y tu eres un muñequito cobarde. A ver, dime, que se te ocurre? Dejarlo todo asi y ya?

- Pues si!- Comenzaba a desesperarse y veia como la chica iba enrojeciendo de la rabia haciendole pensar que de un momento iba a lanzarse contra él.

-Eres un egoista Diego! Que no ves lo peligroso de dejar a esa gente seguir haciendo lo que les viene en gana?

-Roberta...

-Roberta mis calzones!

-Que no ves tu que me muero si te pasa algo pedazo de loca?

Enmudeció mientras el silencio empezó a reinar en la habitación y sus amigos les miraban atentamente esperando su reacción a las palabras de su ex.

Vio como él, con la mirada dura sobre ella, se daba la vuelta y daba un golpe con la palma de la mano en el hierro de la escalera y apoyaba la cabeza en esta, dándole la espalda mientras ella sentia que no respiraba.

Miguel se levantó de la cama y se dirigió donde Diego estaba y puso una mano sobre su hombro y miró a Roberta.

-La idea es buena Roberta, pero Diego tiene razón. Creo que hay que pensar otra cosa.

Volvió a mirarla duramente. Por qué se empeñaba en desafiarle todo el rato? Por qué tenia que ponerle siempre el alma para salirsele del cuerpo?
Amaba que le diese la valentía que a él le faltaba. Pero en momentos como ese la odiaba.

¿Que hubiera sido? ~Diego&Roberta~Where stories live. Discover now