•XIV•

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Yara, llegó a uno de los ranchos de Cano. Sabía que no lo iba a encontrar ahí, pero sin embargo, rezó todo el camino para verlo. Llegó y ató a la Negra, que a esta altura era su única amiga y después se sentó en el suelo. Entonces estalló en llanto desconsolado.

—Ay, Negrita—Sollozó, acostándose sobre la hierba—¿Qué carajo hice? Me van a matar, me van a matar, no fue mi intención, encima me quedé sola, soy la peor mierda que existe.

La Negra agachó la cabeza para acercarse a Yara, que le acarició el hocico mientras aún lloraba. Después de un rato de llorar, gritar y quejarse, la chica se paró con un débil equilibrio y se abrazó a la yegua, al menos tenía a quién abrazar, si tan solo los animales pudieran hablar y razonar como una persona, sería perfecto.

• • •

Todo fue muy confuso para Alvin, apenas había procesado lo que pasó. Deseó haber ido con Riki en ese momento, ahora no había vuelta atrás. En un abrir y cerrar de ojos, una bala traicionera había hecho su cruel trabajo. ¿Por qué traicionera? Porque cuando vio a Yara, descifró que se trataba de un accidente, su expresión llena de desconcierto y su mirada perdida lo decían todo.

Pero Yara no importaba ahora. Ahora estaba concentrado en la mala suerte con la que habían corrido él y sus amigos. Roberto apenas sí había reaccionado a tiempo y ahora era consolado por Tavella, que siempre tenía que aguantar cualquier cosa para cuidar al grupo, pero era fácil saber que bajo esa coraza, las dificultades lo afectaban demasiado.

Marrero se encontraba aún en shock, no había hablado nada de nada en todo el rato. Y Topo, bueno... Él había tomado distancia, como si lo incomodara lo que pasaba a su alrededor.

Alvin no quería ni pestañar, pues con cada parpadeo, solo revivía esa horrible escena y volvía a ver una cantidad terrible de sangre deslizándose frente a él, pero si no cerraba los ojos, iba a ver a su compañero de tantos años, que si bien seguía con vida, parecía ya estar de últimas.

Solo le quedaba rogar que el mundo no le quitara a Riki. A su Riki ¿Qué iba a hacer sabiendo que Riki ya no estaba? Al fin había logrado verlo de vuelta, pero no pensó que acabaría así.

Roberto se apartó de Tavella de repente y empezó a alistarse para irse por su lado.

—¿A dónde vas?—Le preguntó Tavella , esforzándose porque su voz no se quebrara.

—Voy a matar a Yara—Los informó el de rizos oscuros con la mirada llena de odio y dolor—Voy solo.

—¡¿Qué?!—Marrero por fin reaccionó.

—¿No me digas que todavía la querés?—Gruñó Roberto.

—P-pero...¡Ella no merece que la mates! ¡No fue su culpa! ¡E-estoy...Estoy seguro de que no!—Exclamó histérico.

—¿Que no fue su culpa?—Musso se subió a su caballo—¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? Dejate de joder—Y con esa energía sombría que irradiaba, se fue, y nadie se atrevió a detenerlo.

El silencio los invadió. Mucho después, el Santiago mayor dijo:

—Hay que buscar ayuda, vamos a la ciudad...No nos podemos quedar de brazos cruzados—Por supuesto, Tavella jamás dejaría morir a alguien pudiendo hacer algo. Y mucho menos si se trataba su un amigo suyo, que más que un amigo, había sido familia—Topo, ¿Venís conmigo?

—Sí—Accedió enseguida, no porque le importara Riki, se trataba de otro motivo que no tenía interés en revelar hasta que estuviese solo con Tavella.

—Bueno, vamos, cuanto menos tiempo perdamos, mejor—Miró a los otros tres—Cuídense, por favor.

—U-ustedes también...—Le contestó Alvin, cabizbajo y con su ánimo totalmente apagado.

—Sí.

• • •

Alvin tomó una decisión, que podía ser buena o fatal. Como fuese, si no la ponían a prueba, jamás iban a saber el resultado.

—Eh, Marrerito—Llamó al menor.

—¿Qué?—Dijo él, sin molestarse en mirarlo.

—No quiero que Rober mate a Yara.

—Ya sé...Y-yo menos—Murmuró y un par de lágrimas bajaron por su mejilla.

—Andá, todavía estás a tiempo de ayudarla—Le pidió—Ya sé que suena como una reverenda estupidez pero...Por favor tratá aunque sea.

—Bo...¿Estás seguro?—Santiago lo miró con los ojos desorbitados—¿Van a estar bien?

—Sí...—Quiso forzar una sonrisa—Vos no te hagas drama. Ahora rajá de acá, que tu novia te va a necesitar.

—Alvin—Marrero esbozó una media sonrisa que mostraba lo nervioso que estaba. Pintos pensó que Santiago iba a quejarse pero no fue así—Gracias, te prometo que voy a salvar a Yara.

—Dale—Una vez Santiago se fue, Alvin miró a Riki y le dijo:—Vos aguantá un poco más, por favor...Aún no te reconciliaste con Rober...

Faltaba poco para llegar a la zona más poblada de Tajo, cuando Topo estaba esperando el momento correcto para tomar acción. Pero ¿Cuales eran sus motivos? Resulta que Topo era una de esas personas que habían sido llevadas y vendidas a la alta sociedad hace tantos años. Años viviendo sin libertad y sin saber nada de su familia fueron lo que tuvo que soportar hasta ahora.

Pero se había terminado. Hace poco, el representante de los Marrero le dijo que tenía información de su familia y que probablemente podría encontrarla.

Pero había una condición.

Tenía que eliminar a Tavella, Roberto y Alvin. Esta idea le parecía horrible. Pero su patrón le había explicado que esos tres eran una mancha en la reputación de los Marrero al ser sus empleados. Roberto y Tavella por no tener nada que ver con la aristocracia, y Alvin por ser el claro ejemplo de lo que alguien de clase alta no debía ser.
Claro, también podía despedirlos, pero era mejor borrar todo rastro de su existencia, era mejor asegurarse de que la gente se olvidara de ellos.

•Bandido• (Cuarteto De Nos) [Sin Editar]Where stories live. Discover now