"Bien, no hagan demasiado ejercicio, no quiero que la pequeña Regina transpire o que su peinado se estropee."

"Su padre está a punto de llegar a casa."

La niña esboza una sonrisa amplia cuando escucha las palabras de la señora mayor.

"Lady Marian, mi padre llegará hoy de su viaje?"

La pequeña no puede contenerse y corre hacia el barandal para preguntar con gran alegría y esperanza.

"Así es, pequeña muñequita."

"Sus negocios lo retrasaron, pero ahora, la doctora nos ha enviado una carta indicándonos que llegaran este día."

"No te ensucies y compórtate como la educada señorita que eres, Regina."

La niña hace una reverencia antes de caminar de vuelta con Reginald.

"Sigan su marcha."

"El calabozo las contendrá mientras que mi hermano llega y decide que hacer con sus miserables vidas."

Seguimos nuestra procesión en silencio hacia el final del pasillo donde observamos una cerradura moderna.

Reginald se coloca frente al tablero y digita una secuencia de números.

Eso me deja asombrada.

Entonces...esta casa si es tecnológica?

Es momento de sentirme el doble de asustada?

"Entren mujeres y no intenten nada extraño."

La humedad, la oscuridad y el frío nos saluda como viejo amigo nuestro.

Descendemos y siento que estoy bajando las mismas escaleras del sótano de la casa de Rey.

"Regina, ve con las damas."

"Me encargaré de ellas."

"Personalmente."

No puedo ver a la pequeña, solo escucho cuando ella se aleja mientras que nosotras descendemos más y más.

"Quietas todas y no se muevan."

La luz de varias lamparas flourescentes pegadas en el techo iluminan este calabozo, el cual no es naa parecido al de Rey.

Más parece un verdadero calabozo de torturas de la edad media!

"Ahora, quiero que me digan, como demonios es que llegaron aquí y de que casa vienen."

"Ustedes pertenecen a alguien."

"Quien es su amo?"
El chico nos pregunta.

"Rey."

"El chef."

Decimos a coro las chicas y yo.

"Repite eso."

El chico se acerca a mi con una daga en su mano.

En que momento dejó su espada y tomo esa daga moderna?

"Mi amo, es Rey."

Repito de nuevo ante la mirada de extrañeza del chico.

"Tu...eres princesa?"

Asiento y el chico se lleva la mano a la frente.

Miro discretamente a todos lados buscando algo que me ayude a desarmar al chico.

"Prueba algo de tus palabras, mujer."

Me quito lentamente los tirantes de la mochila y le doy la vuelta para enseñarle al chico las cosas "modernas" que traigo conmigo.

Dulce JuguetitoWhere stories live. Discover now