Capitulo VII

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Narra Ricky.


Mis ojos se mantenían cerrados pero los rayos del sol atravesaban la ventana lo cual hizo que me despertara.

Estaba adormilado y en cuanto quise moverme algo (más bien alguien) me detuvo. Volteo y en mi pecho se encontraba reposando _____, mi hermosa _____.

Habíamos pasado la noche juntos, por fin. Me tomé un momento para apreciar su rostro tan sereno, sus facciones estaban en completa paz.

Pasé mi mano por su cabello y en eso sus ojos comenzaron a abrirse.

Me sonríe y le devuelvo la sonrisa.


—Buenos días —le digo. Ella en respuesta me planta un beso. Se levanta con una sábana a su alrededor y abre la puerta, examina algo y yo la espero.

—Mi papá está en la casa —dice con una tranquilidad que yo no comparto y ella lo nota. Se acerca y se sienta conmigo. —nunca sube a verme.

Comenzó a buscar su ropa y a vestirse

—¿Y si hoy sí? ¿No debería esconderme? —Voltea los ojos y se ríe. —No da risa, el y yo no nos conocemos y sabrá que dormí con su hija.

—Te juro que no va a subir. De todas formas, hay espacio abajo de mi cama. — ella continuó con lo suyo mientras peinaba su cabello— ¿tienes hambre? Puedo ir a ver qué hay de desayunar.

No quería dar molestia, pero la verdad si estaba hambriento así que asentí.


Ella salió y yo esperé ahí. Pude ver de mejor forma su habitación. Había tantas cosas en sus repisas, pude notar que le gustaba coleccionar diferentes cosas como piedras, dientes, botones, cabello... era extraño, muy extraño pero bonito. Continúe viendo los objetos que tenía ahí, pero escuché de repente...

"¡Ricky ven a conocer a mi papá!"


Dios, no sabía qué hacer, estaba muy nervioso. Ella pudo haber mentido, pero en cambio decidió ponernos en aprietos, o quizás su papá lo notó.

¿Pudo haber venido en medio de la noche a verla y haber visto a un extraño al lado de ella? O quizás nos vio subir a su habitación desde el inicio, como sea tenía que enfrentar la vergüenza.

Bajé de ahí y no vi a nadie, me di la vuelta y nada. Solo escuché a alguien intentando no reírse.

Ella salió sola y sentí un alivio.


— Tenemos casa sola —dijo sonriendo.

—Y tú tienes clases —vi como su sonrisa se borró y se cruzó de brazos. Me reí de ella, era adorable, aunque hubiera preferido tener todo un día con ella.

—No quiero ir, no hablo con nadie —dijo sentándose en el sillón y cambiando de canal, comenzó a ver lo que parecía una mala (muy mala) comedia.

Me senté al lado de ella y se recostó en mi regazo y sonrió.

Suspiré y lo consideré.

—Solo por hoy.


Ella sonrió y me abrazó de la emoción, comenzó a besarme y la sostuve con mis manos sobre mi regazo. En medio del beso comenzó a reír y pude alcanzar su cuello y comenzar a besar su suave piel. En ese instante un gemido salió de sus labios e hizo que comenzara a calentarme.

My little angel (Ricky Olson y tu) (+18)Where stories live. Discover now