Infeliz

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Estaba tendido en el suelo... Incapaz tan siquiera de pensar.

Todo pensamiento que tenía lo vinculaba directamente con estos cadáveres, con estas muertes a las que seguí muy de cerca, intentando buscar una explicación a todo esto, en cambio, solo conseguía desesperarme aún más, por no poder lograr nada, por no conseguir absolutamente nada, ahora solo pienso, como flashes efímeros en aquellas personas que ahora eran solo cadáveres ultrajados a más no poder.

Saqué de mi bolsillo una pastilla y me la tomé, levantándome y siguiendo adelante... como podía.

Viendo desde cerca al animal, presentaba "irregularidades" notables desde más cerca, sangraba por la boca, no producto del disparo, sino de algo más, tenía heridas en varias secciones de su cuerpo, cicatrices incluso, en algún momento de su vida, habrá tenido que enfrentarse a otros animales que le supusieron un peligro; pero casualmente las que más destacaban, eran las más recientes, no estaban frescas, tenían un tiempo, muchas de ellas habían cerrado, pero tenían un color oscuro, muy particular, como rastros de carbón en la herida, quemaduras e infecciones, este animal sufría momentos antes de morir del disparo fulminante.

¿Se había peleado con alguien?

Me vi atraído por un sonido, un gemido de dolor cercano a mí, había olvidado que Chloe tenía una herida propiciada por el oso ahora muerto. Me acerqué a ella y le vi la herida, no era muy profunda, pero era extensa, recorría todo su antebrazo que ahora había dejado su manga de un color carmesí.

—¿Todavía te duele? —Pregunté a Chloe viendo su brazo aun sangrando.

—No, para nada —Era una clara mentira—. En realidad, no, esto arde demasiado.

—¿Ustedes dos qué hacían aquí? —Inquiere Gregor con cierta intriga.

—Tan solo veíamos los alrededores —Indicó Chloe.

—Cierto, Isaac me había mencionado eso. Y luego de eso, se encontraron sorpresivamente con la bestia que causó todo este revuelo.

—¿Qué? —Pregunté.

—La bestia, la que demacraba y mutilaba animales por el bosque, no era más que un oso errático.

No discutí, ni repliqué de alguna forma, no era el momento para ello, teníamos que regresar, y pedirle a alguien que nos ayudase con las heridas de Chloe.

A veces me fastidiaba, pero Eugen Got siempre ha tenido la costumbre de hacer anuncios al público, mostrarse ante la gente y explicar ciertas cuestiones frente a todos, sí lo hace a pleno siglo 21, aún con la radio, la televisión y otros medios de comunicación, tenía un afán por lo presencial, si bien, no todos venían y esto era grabado para posteriormente ser publicado, me resultaba algo tedioso tener que estar presente cada cuánto.

Veía como se terminaba de arreglar el podio, gente ya estaba presente, los veía de lejos mientras vagaba engullendo algo de chocolate, un poco de endorfinas para sentirme algo mejor.

No lo pude evitar, pero mientras daba grandes y ávidos pasos detrás del podio pude escuchar unas voces familiares, que recordaba, pero no identificaba, terminé acercándome para escuchar mejor, quizá reconocerlos, y ahí los vi.

—¿Henry no ha venido? Esperaba que por lo menos viniera a ver esto —Indicaba con un visible disgusto en su rostro.

—No me parece raro —Replicó con una mueca en la cara.

Me encontraba de frente con Gregor y Mary Austen, se puede deducir fácilmente de lo que hablaban, las palabras que usaban, e incluso el tono con las que lo vociferaban.

AcluofobiaWhere stories live. Discover now