Debía tener un cuidado excepcional.

—Sí, lo conozco, después de todo éramos vecinos.

Parecía esperar una mentira de mi parte, preguntaba cosas que él ya sabía, esperaba una respuesta que le diera alguna sospecha.

—¿Cómo era tu relación con ambos? —Procedió a sentarse en el filo del asfalto, entre la calle y el camino, este se estiró con molestia el cuello para luego regresar su mirada y hacerme señas de sentarme junto a él—.

—Creo que es momento de preguntar ¿Quién eres? —Inquirí—.

—Si me respondes sinceramente, puede que aclare alguna de tus dudas.

Termine cediendo, resoplando y sentándome junto a él, tratando claramente de tener una distancia excepcional de esta persona.

—No los conocía mucho, pero en lo personal no me desagradaban.

—Bien ¿Qué recuerdas de ellos?

—¿Qué clase de interrogatorio es este?

—¿Interrogatorio? Yo jamás dije eso. —Aclaró con una expresión que denotaba otra intención—.

—Entonces puedo considerar libre de irme —Dije levantándome frente a él—.

—Jamás dije eso tampoco, eres libre, pero si lo haces la próxima vez que hablemos Isaac Crawford, será en una sala de interrogatorios —Advirtió invitándome a sentar nuevamente—.

Resoplé de nueva cuenta y regresé a esta conversación algo forzosa.

—No recuerdo mucho de ellos, una chica tímida que casi no interactuaba con nadie, un chico bien portado que pasaba desapercibido ¿Es eso lo que quiere saber?

—No del todo, sé perfectamente lo que te has encontrado, sé perfectamente que andas indagando sobre todo esto, a lo que me pregunto ¿Por qué una persona que se mantiene siempre en casa, de un día a otro quiere saber sobre lo que hay más allá?

—Curiosidad, conocer la verdad.

—Te daré un experimento. Todos veían una figura, era extraña, pero para ellos eso era algo de verdad, entonces cada quien la miraba, pero todos desde una pantalla diferente, observando diferentes ángulos, sacando diferentes conclusiones, haciendo que aquello que era real, se volviera tan solo una discrepancia, algo irreal por mera cuestión de perspectiva. Te diré que aquello que crees real, no es más que tu perspectiva, donde la más acreditada es la aceptada.

Me quedé callado, me había hecho cuestionarme nuevamente acerca de lo que creía real.

—Ahora me dirás que más viste.

—Nada, en verdad.

—Te diré que pienso, tú no eres alguien de quien deba sospechar, un chico que poco sale de su casa, poco astuto y dubitativo, de haber hecho todo esto tendrías un perfil perfecto de inocente.

—Sin embargo; es claro que eso último que dijiste es mentira. Sabes algo, algo que llegó a tu mente y ahora es incapaz de salir, carcomiendo tu curiosidad ¿o me equivoco?

—No, no te equivocas.

—¿Quieres saber qué hay más allá?

—Pensé que lo tenías ya claro. ¿Ahora me dirás quién eres?

—Confórmate con llamarme por mi apellido, Roth

—No creo que sea suficiente.

—Creo que sabes perfectamente qué hago aquí. Me gustaría preguntar, responder y conversar más, pero en realidad no puedo quedarme aquí toda la vida, aunque... Quisiera saber si me puedes ser de utilidad, intuyo que me facilitarás ciertas cosas.

AcluofobiaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu