Amortentia [Vkook] Omegaverse [COMPLETA]

XLIII

—Te ves tan… delicioso—y Kook no pudo evitar mojarse un poco, al ver como los ojos que lo devoraban eran surcados por tonos esmeralda.

—Tómame alfa.

Y Jungkook no tenía que pedirlo, porque ni bien lo había dicho, el alfa lo había incrustado en el sofá de la sala con algo de violencia que prendió al menor.

—Te ves precioso con eso—reafirmó Taehyung al finalizar el fogoso beso con los ojos ya completamente encendidos en esmeralda, que para satisfacción de Jungkook se detuvieron en el coqueto lazo de su cuello.

—¿Ésto es lo que creo que es?—la voz de Taehyung temblaba al igual que sus manos, pero eso no le impidió acercar su boca y nariz al cuello del omega, levantándolo con rapidez de la nuca en un brusco movimiento.
El alfa dejó una lamida lenta y larga aun pasando por encima del lazo.

—Mierda…

Jadeó Taehyung al darse cuenta que ese gel brilloso tenía un sabor dulce, seguramente emulando el de una fruta, pero el alfa solo podía detectar los matices dulces del saborizante por lo que comenzó a lamerlo como si se tratara de una paleta. Jungkook tembló al sentir como los dientes del alfa rasparon su piel.

—Alfa...ah...ah— Jungkook se sentía bastante ansioso, al punto de retorcer los dedos de sus pies cada vez que Taehyung lo saboreaba.

—Delicioso…—susurró el alfa.

Acto seguido, se perdieron en una vorágine de besos y caricias, claro que, contrario a lo dulce que solía ser el alfa con Jungkook, en esta ocasión lo empotró con bastante entusiasmo contra varios de los muebles de la sala, siendo la posicion mas excitante para el omega cuando lo tomó sobre la mesa de la sala, quizá era desviado, pero a Jungkook lo prendió ver vibrar los saleros que estaban sobre la mesa cada vez que recibía una poderosa estocada por la espalda y el sonido chirriante del vidrio cuando su pecho se deslizaba sobre este, al omega le encantaba encender la "pasión" de Taehyung.

Ya en la cuarta ocasión que el alfa tomó a Jungkook, lo había llevado a la habitación que compartían los dos, finalmente desnudándolo, Tae se había negado a quitarle las provocativas prendas al omega por completo, pero estas ya estorbaban por toda la dinámica que tuvieron que soportar en sus salvajes encuentros anteriores.
Por lo que al momento, Tae se encontraba sobre el omega desnudo y lo penetraba enterrándolo en el colchón con la única prenda que le quedaba a Jungkook puesta: el lazo.

Gruñendo, Taehyung deshizo dicha prenda con los dientes y todas las ansias retenidas,  sin dejar de moverse dentro de Jungkook, que estiró su cuello en sumisión, cuando ¡por fin! sintió la seda del lazo abandonar su piel.

—Siempre has sido mío, Jungkook ¡Mío!— Taehyung se sentía tan eufórico como si estuviera destapando un regalo.

Las estocadas del alfa eran más contundentes y tenían al omega en otro plano astral, gimiendo como si eso lo mantuviera con vida.

Y sucedió.

¡Al fin había sucedido! después de que el alfa se hubiera asegurado que el cuerpo de Jungkook entendiera que le pertenecía.

Los dientes del alfa atravesaron la blanquecina piel del omega, allí en ese lugar en donde había algo parecido a la puerta del alma.

Y Jungkook experimentó todo lo que omegas enlazados le habían comentado, pero sus descripciones eran pálidas, insípidas, en comparación a la cantidad desbordante de sensaciones que lo recorrían, o quizá, no había palabras que tradujesen todo lo que se sentía.

Era el lobo de Taehyung diciéndole que lo amaba, que lo había añorado por tanto tiempo, que la euforia lo conquistaba.

Era el lobo de Jungkook que por primera vez sentía un beso que llegaba a todos los rincones de su cuerpo al mismo tiempo.