❝ Preferiría tu sonrisa a toda la verdad ❞
Fito Páez
Ensalada de one-shots random sobre los personajes de Yu-Gi-Oh, con angst, ships geis y cagadas incluidas 👻
✦-No me responsabilizo por las porquería...
Igual el dibujo está un poco de palo, pero no soy Momentcorefly así que hago lo que puedo ✋😖
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No era la primera vez que Yusei iba a ese bar. Estaba tan acostumbrado a mantenerse sobrio para evitar que Jack y Crow pelearan con el primer desconocido, que antes de darse cuenta se le fue de las manos y terminó bebiendo unos cuantos tragos de más.
Esto no suponía un problema, ya que Yusei no era el tipo de persona que una vez ebria revelara una parte agresiva y/o ruidosa que tenía oculta en algún lugar, la verdadera cuestión era que, al ir a ese bar en compañía de su vecino, corría el riesgo de hacer el ridículo con tanto alcohol en el cuerpo nublando su juicio. Por fortuna, Judai Yuki, el carismático chico que vivía en el apartamento junto al suyo resultó ser uno de esos borrachos que se ríen hasta de las moscas que pasan volando frente a sus ojos. Así que estando ebrio y una vez asumido que quien haría el ridículo esa noche no sería él, Yusei con su mejor sonrisa salió del bar escuchando el torpe, pero divertido discurso de su encantador vecino.
Judai era un joven atractivo y con mucho carisma, siempre con una sonrisa en los labios. Vestía sudaderas de súper héroes y tenía unos alegres ojos de chocolate que parecían estar pendientes de todo. Yusei no tenía muy claro el por qué, pero había algo de él que realmente le gustaba, incluso cuando estaba cien por ciento convencido de su heterosexualidad.
Solía cuestionárselo muy seguido y a pesar de sus intentos por convencerse de que simplemente su compañía le resultaba muy agradable, era incapaz de negar que los encantos de Judai no le eran para nada ajenos.
Tras una larga caminata en la que cualquier estupidez se convertía en un maravilloso tema de conversación, ambos caminaron por el corredor de aquel edificio de paredes color ocre manteniendo unas sonrisas como promesa de que volverían a beber juntos en el futuro. Se detuvieron frente a la puerta de Yusei, quien por un momento se quedó pensativo con la mirada perdida en algún lugar del pasillo.
A diferencia de su alegre y ruidoso vecino, él no vivía solo.
Su hermano (tres años mayor que él), solía dormir casi todo el día, así que rara vez ponía un pie fuera del apartamento. En cambio, Yusei estaba fuera la mayor parte del tiempo, ya fuera por su trabajo o para hacer las compras. Por supuesto, esto no significaba que no se ocupara de él; de hecho, el motivo por el que ambos habían decidido vivir juntos, aparte de porque estaban acostumbrados a la presencia del otro, era porque el mayor se tomaba mejor que fuera su propio hermano, en lugar de una enfermera, quien le viera en sus momentos de desánimo absoluto y le recordara que había olvidado tomar su medicación.
El moreno de los ojos azules comenzó a sentirse culpable al recordar que había olvidado dejar una nota para avisarle a su hermano que saldría.
Parpadeó y repentinamente encontró los ojos de chocolate de su compañero mirándolo de forma insistente.
