↳ ੈ‧₊ BITÁCORA #10

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Eran las 3 de la mañana. La luna aún seguía haciendo acto de presencia en el cielo nocturno, la fresca brisa de la noche seguía en el aire, y yo, estaba listo para tomar a mi siguiente víctima.

Era muy temprano para mis gustos, pero era el único momento en el que podría llevar a cabo mi crimen con los resultados más favorables. Todo era debido a que mi víctima era muy específica con sus horarios de sueño, puesto que conciliarlo en primer lugar no le era fácil.

Sin embargo, ahí me encontraba, en mi vehículo, con el maletero lleno de cosas que me servirían para dejar esparcidas alrededor de la casa de aquella pareja de jóvenes a la que visitaría esa noche. Había hecho una parada en nuestra ciudad antes de tomar el camino por la carretera.

En mi sistema no existía la duda o la preocupación, pues todo estaba planeado a la perfección desde hace meses. La planificación era sencilla gracias a todo el acoso e investigación que suelo hacer. Diría que pasar incontables noches en las ventanas ajenas revisando como se comportaban finalmente comenzaría a dar sus frutos.

Con respecto a mi amado Kokichi, esta singular noche le permití dormitar en el sofá de la sala principal con todas las precauciones. Se encontraba encadenado y muy bien amordazado. Las áreas que estaban a su alcance gracias a las cadenas que restringían todo movimiento suyo eran reducidas, y sin ninguna duda estaban limitadas a la sala, la cocina y el baño. Nada de puertas que llevaran al exterior, ventanas, vidrios, espejos o en general, cualquier objeto que pudiese llegar a ayudarle a escapar.

Pero él parece comprender que no tiene otro lugar a donde ir después de todos los favores que le he hecho. Por lo que confío en su cabeza manipulada, estoy seguro de que no intentará nada riesgoso, mucho menos cuando lo tengo monitoreado incluso en estos momentos.

Pero ya es suficiente de mi bello futuro esposo. Le dejaría dormir tranquilamente por mientras, pues yo tenía cosas que hacer en la ciudad vecina, la cual solo era alcanzable mediante la carretera del pueblo.

Debía arribar a casa de Kaito Momota lo más rápido posible, pues ese sería el escenario de mi siguiente obra maestra, de mi crimen.

Desde la última vez que revisé, ahora su prometida, Maki Harukawa, vive junto a él en su casa, en un pueblo vecino. La chica incluso está en su segundo trimestre de embarazo, cosa que es sorprendente gracias al hecho de que solo tiene 21 años.

Es una edad relativamente temprana para pensar en formar una familia, pero después de esa noche, todo plan de tener descendencia sería arruinado.

Aunque los tiempos cambian. Casarse o tener hijos a esa edad hace un par de años era completamente normal. Hoy en día, muchas parejas deciden esperar hasta que casi tienen 30 o simplemente optan por no tener bebés y, en vez de eso, adoptar una mascota o cuidar de plantas. No hay ningún problema con eso a mi parecer.

Con respecto a la casa en la que ambos residen, solo pensar en esa vivienda me trae fantásticos recuerdos de la noche en la que Kiibo cayó en mis manos, entregándome su cuerpo para hacer lo que quisiese con él. La calidez de sus órganos entre mis dedos será una que no olvidaré en lo que resta de mi vida.

La morada, a pesar de ser parte de una pequeña ciudad, estaba a las afueras de esta, muy cerca de la carretera. De hecho, no tenía vecinos gracias a esto y la gente que pasaba por aquí era escasa.

Por esa misma razón fue que capturar al joven Idabashi fue tan sencillo.

Pero eso tampoco era un asunto en el que podría centrarme en esos momentos. Fijar mi mente en el caso de ese joven de cabellos platinados podría enviarme a un trance inmediato, haciendo que perdiese toda concentración en mi actual tarea.

↳ 💌₊˚. ··· Diary of a Lover »-Saiouma-«Where stories live. Discover now