↳ ੈ‧₊ BITÁCORA #1

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Aquella noche iba manejando en mi coche de camino a mi casa tranquilamente por la carretera tenuemente iluminada. Era una bella y tranquila vista la del manto nocturno cubierto de pequeñas estrellas que tenía a través del vidrio.

La calle estaba rodeada de kilómetros de bosque denso ya que conectaba dos pueblos no muy conocidos y que no estaban muy urbanizados por el momento. Y uno de dichos dos pueblos era el sitio donde estaba ubicada mi casa.

Vivía en una ciudad algo pequeña. No lo suficientemente grande como para que hiciera mucho tráfico, pero tampoco tan pequeña como para conocer a todos los habitantes. Lo cual era algo gracioso, ya que, en todos mis años de vivir en aquella ciudad, no mucha gente me conocía.

Era claro que solía hacer mis actividades diarias, como ir al supermercado por mis compras, o conducir por combustible a la estación de servicio más cercana. Pero siempre limité mi exposición a la gente por múltiples razones, muchas de las cuales no estaban en mi conocimiento.

No tenía amigos, ni familiares más que un tío que se encontraba viajando constantemente, ni compañeros de trabajo ya que no trabajaba en un comercio físico, tampoco tenía muchos vecinos pues vivía sobre una calle poco habitada. Podría llegar a considerarme algo solitario, más no me importaba en lo absoluto.

Estudié para ser detective y médico forense hace un par de años en una región distinta antes de mudarme a esta ciudad calmada, en la que todos eran amigables y nunca ocurría nada muy caótico. Me gustaría llamarme una persona sin características recalcables y sin comportamientos sospechosos.

Suspiré un poco, sintiendo el frío aire de invierno recorriendo todo mi sistema respiratorio antes de ser expulsado por mi nariz sin mucho problema. Después procedí a mirar el retrovisor de mi carro, admirando una figura en los asientos traseros de este.

Claro, ese chico estaba ahí por una razón en específico. Le estaba dando un aventón a su casa después de haber pasado toda la tarde en una fiesta en la ciudad vecina, la cual estaba saliendo por la carretera.

Él notó de inmediato la forma en la que lo miraba en el reflejo de ese espejo, por lo que volteó a mirarme y con mucha torpeza inició una conversación conmigo. Era algo sorprendente que tuviese la capacidad de hablar cuando estaba tan ebrio que apenas podía pararse derecho.

—Heeeey...*hic* ¿Cuál es tu nombre... de nuevo? —Me preguntó el joven que estaba en mi automóvil a estas horas de la noche. No habíamos hablado mucho desde que había ingresado a mi vehículo hace una media hora, pero suponía que aquí terminaba mí paz.

—Shuji Sasaki —mentí charlatanamente, no iba a decirle a ese chico mi nombre ni aunque mi vida dependiese de ello, no confiaba lo suficiente en aquel muchacho intoxicado como para darle un dato de tal importancia.

—Shuji... ¿De dónde... de dónde conoces *hic* a Kaito Momota? —Cuestionó nuevamente y con palabras lentas para no tropezarse con ellas al decirlas, para estar en un mal estado también era un chico que preguntaba muchas cosas, era molesto.

Quise quedarme en silencio e ignorar el tono cansado del otro, pero de hacerlo me vería sospechoso y terminaría por asustarlo. Así que solo puse mi mejor sonrisa y lo volteé a ver un poco sin separar mucho mis ojos del camino, no era capaz de desperdiciar mi vida de una forma tan insignificante como lo era un accidente automovilístico.

—Lo conocí en un bar, hace un par de años... terminamos volviéndonos muy buenos amigos —contesté amigable, viendo como los músculos del chico de ojos azules se relajaban al terminar mi explicación, pero no lo culpaba, después de todo éramos enseñados a no confiar en totales extraños desde pequeños. Era una lástima que todo lo que le estaba diciendo eran mentiras.

↳ 💌₊˚. ··· Diary of a Lover »-Saiouma-«Where stories live. Discover now