↳ ੈ‧₊ BITÁCORA #3

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No había anticipado que el momento llegaría tan rápido, enserio que no lo hacía.

Había sido como un cerrar de ojos, pero en realidad fueron un par de semanas que se convirtieron en meses. El caso de Kiibo seguía en investigación, mientras que el de Akamatsu apenas estaba abriéndose, aunque a decir verdad no tenía interés en ninguno de los dos.

Lo único que me emocionaba era oír sobre ellos en las noticias, sintiendo la desesperación de sus seres queridos desde la pantalla, ciertamente una bella emoción negativa que infestaba mi sistema tan bien como una droga lo haría. Excepto que yo, en este caso, no consumía drogas, solo consumía el metafórico llanto de los familiares y amigos de mi víctima.

O, muy pronto, víctimas. En plural.

La siguiente persona en mi lista era una jovencita universitaria, pelirroja, ojizarca y de actitud floja. Por la información que había recolectado de ella en las últimas semanas, podía rescatar que era una persona muy calmada e introvertida, por lo que su círculo de amigos era bastante chico.

De hecho, solo era amiga de 2 muchachos y 3 chicas en toda la ciudad. No tenía hermanos ni hermanas, y vivía solamente con su madre, debido a que su padre falleció cuando era pequeña.

Entre esos dos hombres que mantenían una amistad con esta fémina, se encontraba la única razón que tenía yo de vivir. Por lo que estaba en mi basto conocimiento de aquel jovencito pelimorado, la chica pelirroja era una persona muy especial para él. De hecho, solía ser su pareja hace menos de un año.

Me fascina lo fácil que es obtener información de las vidas de otras personas con los recursos correctos. Saber que mi identidad o la de todos los demás sobre el mundo podría ser fácilmente desenmascarada con un par de tecleos y clics les traía una efervescente sensación a mis regiones bajas, pero no tenía tiempo para eso.

Era ya hora de salir de casa y llevar a cabo todo el proceso de desaparecer una persona. Por más tedioso que fuese, era algo bastante entretenido cuyo morbo implicado era nada más y nada menos que adictivo.

¿Necesitaba una razón para hacerlo? No del todo, pero el hecho de que estuvo en una relación con él era suficiente para desatar la ira que dormía dentro mío. La idea de que ambos pudieron ser íntimos el uno con el otro me causaba repulsión en todo sentido.

Y esa era la mayor razón por la que me había decidido por victimizar a esa chica. Más que un razonamiento, era una excusa, mas no le tomaba mucha importancia a este asunto ya que no había porque hacerlo.

La vida nunca ha tenido sentido. Largas listas de criterios lógicos, cacofonía de pensamientos, laberintos construidos en cimientos de morales, Principios basados en ilusiones, torres de economía en descenso, ruinas de la sociedad, tráfico de tecnología, garabatos hechos por las manos de autoridad.

Nada tenía sentido, todo era una gran mancha de confusión, similar a hilos de texto sin coherencia alguna.

Mi mente se distrajo con este pensamiento inútil, haciendo que el tiempo pasara rápidamente.

Pronto el reloj marcó mi hora de salida y me vi obligado a dejar la comodidad de mi casa con olor a intensos cítricos. Pero los actos que se conllevarían debajo de ella en algunas horas eran suficiente para darme cuenta de cuanto valía la pena ser paciente.

...

Conseguir que la joven Himiko se encontrase en un estado de vulnerabilidad suficiente para emboscarla por detrás fue un largo proceso, casi exhaustivo para alguien de tan poca paciencia como yo.

Para mi suerte, la joven padece de narcolepsia. Por lo que, finalmente, después de horas y horas de esperar entre las sombras, la tenía justo donde la quería.

↳ 💌₊˚. ··· Diary of a Lover »-Saiouma-«Where stories live. Discover now