Capítulo 2

1.1K 72 7
                                    

Rogue.

Una pulsada en la sien interrumpió mi sueño.

Pensé que sería nuevamente una oleada de recuerdos, pero se sintió como un simple pellizco, como un instinto o una corazonada.

Me levanté algo mareada, tratando de ordenar mi mente. Creo que todo se encontraba bien, ya no divagaba en ningún recuerdo impropio. Cubrí mis hombros con mi chaqueta de cuero (ya que llevaba una blusa de tirantes) y tomé mis guantes de mi mesita de noche.

Salí volando de mi habitación olvidándome de mis pantuflas y llegué al comedor aún vestida con mi pantalón de pijama. Era algo raro de ver en la Mansión. Una X-MEN andando sin cuidado por el lugar. Por suerte logre llegar rápido al comedor para ir por mi almuerzo y dirigirme a la mesa de mis compañeros y profesores.

-¿Qué haces vestida así?- me preguntó Logan.

-Tenía hambre.

-No es para que no mires que te pongas, un día de estos puede que salgas con menos ropa de la que piensas si no te fijas.

Rodé los ojos divertida, él era como un padre para mi, pero a veces se tomaba muy enserio esa responsabilidad. Ni mi hermano me cuidaba de esa forma, hasta mi madre decía que debería utilizar mas escote.

-Como digas.

-Hola, Rogue- me saludó Kurt sentándose a mi lado.

-Hermano- le devolví el saludo, sabía cuanto le gustaba que lo llamara así-, ¿por qué no te he visto en la Sala Peligro esta mañana?

-Me quedé dormido en el techo- aclaró-, y cuando he despertado esta mañana ya era tarde. He lamentado perderme un mañana de acrobacias y ejercicio.

Scott hizo un sonido de afirmación hacia Kurt. Lo ignoré y seguí comiendo tranquilamente hasta que vi a Ángel acercarse a la mesa, se sentó a mi otro lado y extendió sus halas de forma involuntaria provocando que la comida de Kitty (que estaba a su lado) resbalara de su plato.

-Lo siento- se disculpó. Ella solo se encogió de hombros.

-¿Cómo te sientes, Warren?- pregunté.

-Extraño. Tengo una energía completamente nueva, pareciera que yo he sido quien a curado mi propia ala- comentó fascinado.

-En realidad- habló Hank-, así a sido. Los poderes de Rogue son fascinantes, traslado algunas células del cuerpo de nuestro amigo Wolverine hasta tu cuerpo, simplemente te adaptaste y curaste tu ala por ti mismo. Grandioso.

-Si bueno- dudó Ángel-, gracias Rogue. No sabría como agradecerte.

Me miró directo a los ojos sonriendo grandemente. No otra vez.

-No hay problema, amigo.

Ya no quedaba nada en mi plato, así que me paré y dirigí a la puerta sin decir nada. No quería estar cerca de nadie. Odiaba que hablaran de mis poder, son odiosos. No son grandiosos o ayudan en algo, solo son un martirio para los que me rodean y yo misma.

El piso estaba frío, pero no importaba. Al llegar a mi habitación me encontré con mi hermano recostado en mi cama. Yo también me acosté. Él tomó mis manos enguantadas y suavemente las despojó de la tela que las cubría, dejando al descubierto mis dedos increíblemente blancos. Solía ser así, mi hermano era uno de los pocos que me entendían, pero el miraba cosas buenas donde solo habían malas.

-¿Has utilizado tus poderes?- preguntó.

-Era necesario, habían herido a Warren en el entrenamiento.

No basto decir mas. Acarició mis manos lentamente y apenas rozándolas. Puede que a él no le importara lo que le pasara por tal de darme un poco de felicidad, pero aun así sabía de los riesgo, por eso solo se acercaba lo suficiente para hacerme sentir cómoda.

-¿Quieres salir?

-Tengo cita con el Profesor.

-Pyro a dicho que el Profesor nos a dado el día.

-Entonces, andando.

Tomó fuertemente mi mano y nos transportó al jardín de la Mansión. Cerca del limite les bosque se encontraba nuestros compañeros. Kurt me soltó la mano, estaba algo pálido, pero estaba bien. Caminamos hasta llegar a donde ellos se encontraban.

-¿Más mutantes en la Mansión?- escuchamos preguntar a Pyro.

-No somos muchos- aclaró Coloso.

-Mayores, amigo- replicó Bobby-. Menores hay muchos en la Mansión.

Nos sentamos junto a ellos en el suelo, oculté mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.

-¿De qué hablan?- preguntó mi hermano.

-Mañana llegarán nuevos mutantes a la Mansión- aclaró Kitty.

-A todo esto- indague-... ¿Cómo sabes tu eso?

-Bueno... hace dos días estaba persiguiendo a Jubilee, porque debía cuidar a los estudiantes de menor grado, pero había faltado, otra vez. En fin, en un pequeño error traspasé más paredes de los que debía y entré a la oficina del Profesor- tomó un respiro-. En su mesa se encontraba abierto un expediente, así que revisé, solo por motivos de investigación, y descubrí la integración de nuevos estudiantes a los X-MEN.

-¿Nuevos X-MEN?- pregunté.

-¿Motivos de investigación?- la acusó Ángel alzando una ceja.

-Yo solo comparto la información que nos es negada- se defendió.

-¿No somos suficientes?

El sol empezaba a ocultarse detrás de los árboles, solo pequeños rayos escarlatas iluminaban el cielo.

-Iceman, cariño- razoné-, somo los X-MEN. Luchamos contra enemigos, en algunos casos, más poderosos que nosotros, para proteger a miles de humanos que nos odian por lo que somos. Nunca seremos suficientes si queremos salvarlos a todos.

-¡Pero nosotros somos un gran equipo!

-Claro- habló Pyro-, cuando tu trasero congelado hace algo que no sea crear helados.

Reímos por su comentario.

-¿Revisaste sus dones?- le preguntó Coloso a Kitty.

-No- dijo indignada-, ¿qué clase de persona me crees? Yo no me meto donde no me han llamado.

___________________

-Te veré mañana, hermana- se despidió Kurt.

-Claro, feliz noche- dije-. Y no te vuelvas a quedar dormido en el techo.

Él sonrió tiernamente y luego se retiró a la puerta que se encontraba a mi izquierda.

Libré a mi cuerpo de mi chaqueta y me recosté en la cama, pensando. Siempre necesitaremos a más mutantes en el equipo si de verdad queremos ganarle a los malos, a Magneto, a la Hermandad de Mutantes Diabólicos o cualquiera que intente gobernar sobre todos nosotros. Nunca seremos suficientes para poder acabar con todos aquellos que se creen superiores a nosotros sin ser nada menos de lo que en realidad son.

Suspiré. Era todo un dilema, solo deseaba que los nuevos pusieran algo de empeño en lo que vinieran a hacer. No sabía ni quienes era.

Apagué la luz de mi mesa de noche y me acomodé en las sábanas para poder descansar un poco de todo lo que pasó y lo que me a de esperar mañana. 

X-MEN [Editando]Where stories live. Discover now