Capítulo 1

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Capítulo 1

Mi cuerpo se encuentra cubierto por un elegante y suave vestido rosa, además de pétalos en el borde inferior. Tan solo la riqueza de tal vestimenta se burla de lo que se conmemora el día de hoy.

Se cumple un año más de la muerte de mi madre y como siempre, nadie además de los pocos que aún le mantenemos respeto, parece recordarlo.

Una luna rosa es pintada en mi cuello, la flor de cerezo de un tono más claro es dibujada dentro de ella. Asdrit toma una larga capa plateada y la pone sobre mí.

Luzco como una princesa, una pequeña marioneta que será usada algún día para estrechar lazos con alguna otra nación o sencillamente para obtener el apoyo militar y económico de una poderosa familia. Algo que sencillamente no puedo olvidar a pesar de desear que las cosas sean distintas.

—¿Estás lista? —pregunta mi hermano menor tras la cortina que me oculta.

—Ya casi, Declan.

Escucho su suspiro y el constante golpeteo de su pie contra el suelo, por lo que sonrío ante su impaciencia.

Los zapatos blancos son puestos sobre mis pies y mi cabello es perfectamente peinado, quedando así un mechón a cada lado de mi rostro y el resto detrás.

Un cintillo de oro con cinco pequeños diamantes incrustados en el centro es puesto sobre mi cabeza, adornando mi cabello.

Salgo y el pequeño de la familia se levanta inmediatamente, lo observo de forma cuidadosa evaluando su apariencia. Se encuentra vestido de forma pulcra con su traje verde abotonado, el cual contiene remolinos que brillan en la tela y por supuesto el mismo emblema que llevo yo, tanto en el cuello como en la ropa, junto al color que le pertenece según su estatus.

Tomo el borde superior de su larga capa plateada y la muevo, provocando que esté más protegido dentro de ella. Agarra mi mano y me insta a caminar sin siquiera esperar a que los sirvientes nos sigan.

—Si llegamos tarde, será tu culpa. —advierte.

—Solo es un banquete de boda más—le recuerdo—. No es como si fuera la primera vez que el príncipe heredero se casa—señalo recordando a cuantas celebraciones hemos asistido.

—Eso no significa que tengamos que desobedecer las reglas.

Seguimos caminando y la sonrisa no desaparece de mi rostro. A pesar de ser el menor y uno de los más juguetones de los hermanos, cuando se trata de reglas es el más obediente.

La mansión del hermano mayor se ve magnífica, pero a poco menos de tres metros lo detengo para caminar más lento y arreglar mi vestido, además, peinar mi cabello que se ha desordenado.

Al alcanzar la puerta pasamos inmediatamente, marchamos por el jardín y al llegar a la entrada de la habitación un guardia anuncia nuestra llegada, entramos en esta, y observamos al príncipe heredero junto a su nueva esposa; quien no muestra más que sus ojos debido al velo blanco. Saludamos y extendemos nuestras felicitaciones para así tomar nuestro lugar.

La nueva novia tiene el cabello negro y largo, un poco más abajo de sus senos. A diferencia del mío, su cabello tiene un gancho dorado con un adorno en forma de dos medialunas blancas completandose entre sí; diciendo a todos que ahora está casada.

Observo a mis hermanos, quienes se encuentran felices bebiendo vino y bromeando entre sí, disfrutando tener una celebración en el palacio que es más una distracción de sus deberes.

Apenas si la fiesta ha comenzado, sin embargo, esto no parece importarle al novio, quien se muestra impaciente por irse de la habitación y no precisamente con su nueva esposa, puesto que el desinterés que muestra por ella, es evidente.

Sarka. ©Where stories live. Discover now