El Corazón Ardiendo

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Reishiro se dirigía a la casa de su maestro, el actual Pilar de la Llama, Shinjuro Rengoku. Tenia un asunto que atender con él, ¿porqué había perdido la llama de la pasión que tenía en el pasado? Era una duda que retumbaba en la cabeza del Pilar de Espada.
Cuando pasaba la entrada de la vivienda, ya casi llegando a la casa, fue recibido por un pequeño niño muy parecido a Shinjuro.

-Lo siento por no haber avisado mi llegada. Soy Reishiro Yanakai, vengo a ver a Shinjuro Rengoku. ¿Se encuentra él en casa?-. Hizo una leve reverencia.

-Si, pase por aquí, Yanakai-san-. Le dijo el pequeño Seijuro.

-Seijuro, ¿como ha estado tu padre?-. Los dos se dirigían a la habitación de Shinjuro atravesando los pasillos de la casa.

-Mi padre...se ha puesto muy mal respecto a la muerte de mi madre. Cada vez está peor, Yanakai-san-. Seijuro tenía una expresión de tristeza, llegaron delante de la habitación pero en ese momento, una botella de sake casi impacta en Reishiro, la detuvo solo con su mano derecha.

-¿Qué quieres, Seijuro?-. Estaba bastante molesto por haberlo interrumpido.

-Maestro...-. Se calló al escuchar la voz de Reishiro.

-Los dejaré solos-. Seijuro se retira cerrando la puerta, mientras que Yanakai solo le aciente para después quedarse sentado en el suelo.

-¿A que has venido, Reishiro?-. Dijo sin volter, viendo el jardín que tenía delante.

-El Oyakata-sama está muy preocupado por usted, quiere que regrese a su posición como Pilar de las Llamas-.

-Esa posición es la más inútil que hay, ser cazador es un perdida de tiempo...-.

-No es cierto, los Cazadores de Demonios damos nuestras vidas por la salvación de la humanidad. Usted es un grandioso maestro, un excelente Pilar de la Llama, usted me instruyó en este mundo. Sin embargo, aún no entiendo porqué abandonó su deber...-.

-La personas cambian de un día para otro, Reishiro. Ahora lárgate de mi casa, no quiero oir nada referido a Cazadores o Demonios-.

-Pero...-.

-¡No te creas superior solo por ser un Pilar, aún eres un mocoso, un mocoso que no sabe lo que es perder a alguien, ahora lárgate de mi casa o yo mismo lo haré!-.

-Le agradezco por todo lo que ha echo por mí...Pero por favor, cuídese mucho Maestro-. Reishiro se levanta del suelo, y se retira de la habitación cerrando la puerta dejando atrás a su maestro.

-(¿A esto puede llegar una persona por la muerte de un ser querido?...) Seijuro, me retiró. Gracias por todo...¿eh?-. Una figura de un chico parecido a Shinjuro y otra de una chica con cabello rosado junto con tonalidades verdes en las puntas de éste.

-Oh Yanakai-san, ¿has conseguido algo?-. Volteo a verme, dijo Seijuro algo entusiasmado.

-No, lo siento...-. Dijo con la cariz baja.

-Ya veo...igualmente, Muchas Gracias Yanakai-san-.

-Seijuro, ¿quién es tu amigo?-. Pregunta Mitsuri acercándose a Yanakai.

-Yanakai Reishiro, Soy un Hashira y antiguo discípulo de Shinjuro-.

-(¡¿Hashira?!)-. Se sorprendió Kanroji.

-Kyojuro Rengoku, ¡Es un placer en conocerte Yanakai, nunca había conocido a un pupilo de mi padre antes!-. Kyojuro se presentó ante él.

-Mitsuri Kanroji, en un placer Yanakai-san-. Dijo con ese tono alegré.

-(Estos dos...tienen potencial) Ya veo, entonces fortalescanse con todo lo que tienen. Veo a posibles Hashiras en ustedes, creó en ustedes. Si me disculpan, me voy retirando-. Reishiro empieza a caminar hacia la salida.

El Pilar De La EspadaWhere stories live. Discover now