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Hay un dios para todo.

Cuando piensas en algo antes de dormir, algo que anhelas y/o amas con toda tu vida, y lo ves en tus sueños. O aquellas metas y proyectos a largo plazo que más deseas. No es más que obra de HaknYeon, el dios de los sueños. Este es uno de los dioses más astutos de todos, él suele trabajar con muchos de ellos para cumplir los sueños de su gente (tanto malos como buenos, todo depende de su voluntad). Sabe manejar las mentes humanas con mucha facilidad, no engaña, todo lo contrario, usa la sinceridad a su favor.

Pero como todos, tiene un defecto... es un bebé. Su comportamiento es como la de un niño.

En una ocasión tuvo que recibir cuidados del dios de la Ley, SangYeon. Se negaba a realizar su trabajo si no tenía a alguien que lo cuidara. Aquel día no hubo más remedio para SangYeon.

Le gusta comer mucho, cada hora traía consigo un alimento distinto. Su favorito eran las frutas, en especial las manzanas verdes. De hecho en estos momentos había terminado un tazón de manzanas verdes.

Se encontraba en posición de meditación en su cama. Según él se preparaba para hacer su trabajo: dormir.

Mantenía los ojos cerrados y una respiración suave. Buscaba conectarse con las personas de la ciudad a través de los sueños, así él los controlaría y haría una locura en cada uno de ellos.

En el otro extremo de la ciudad una pequeña niña dormía. Ella tenía una pesadilla, en la cual su familia estaba siendo masacrada por una silueta negra del tamaño del árbol más frondoso del continente. Usaba un cetro que radiaba una peculiar magia manifestada en color verde.

Tenía que hacer algo enseguida.

Sus ojos ya cerrados ahora estaban apretados, buscando concentrarse en su labor. En su piel ya se podía apreciar una paca de sudor, se notaba el esfuerzo que estaba haciendo para controlar aquel sueño que tanto mortificaba a la pequeña niña. Logró que apareciera otra silueta pero estaba vez era blanca y protegía a la familia de la niña.

Ahora las siluetas peleaban. Pero por mucho que el dios de los sueños quiso controlarlo este no pudo. De la nada se desconectó de su mente y abrió los ojos, estos estaban vacíos, las pupilas lo habían abandonado, solo emanaban un brillo extraño hasta para él. Tomó una bandeja de plata que reposaba en una mesita junto a su cama, observó su reflejo con miedo.

No podía respirar, su pulso cardiaco iba tan rápido que podía competir con la velocidad de la luz.

Aventó la bandeja contra una de las paredes de la habitación y salió corriendo lo más rápido que pudo. Los corredores estaban en total oscuridad, eso entorpecía su evasión. Al cruzar el pasillo chocó con una persona.

Aahh! ¡Aléjate de mí, JuYeon!- Exclamó HaknYeon con lágrimas en sus ojos.

La silueta oscura era él, de JuYeon.

THE GODz   ͟͟͞͞➳ The BoyzWhere stories live. Discover now