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La brújula nunca se equivoca, y ella lo sabía perfectamente, estaba en las aguas prohibidas

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La brújula nunca se equivoca, y ella lo sabía perfectamente, estaba en las aguas prohibidas. Como buena capitana que era, su objetivo no solo saciaría sus necesidades, sino la de la tripulación completa.

Sonríe satisfecha mientras el viento jugaba con su suave cabellera color castaño claro con mezclas de rubio. El trono de agua era su objetivo, y por fin habían dado con el lugar, la pequeña isla de los susurros, su nombre se atribuye a las voces perdidas en el viento, muchos decían que eran almas perturbadas, aquel tema aún seguía siendo una incógnita y el actual debate conflictivo. Algunos solo lo catalogan como un mito. Ella creía que los rumores de peligro eran para alejar a las personas de algo grande, algo como el oro.

—Es aquí, estoy muy segura — comentó confiada y eufórica.

A ella la vida no la trató como princesa, sino como intrusa. No encajaba en la sociedad. De hecho, nunca le gustó ser pobre, en su interior sentía que podía tomar el control de algo mucho más grande. Y fue a los 15 años que tomó la decisión de convertirse en pirata. Al principio fue rechazada por ser mujer, hasta que se infiltró en una nave, cuya tripulación ahora dirige.

No obstante, la felicidad solo le duró tres segundos, tiempo que bastó para que la mitad de la tripulación tambaleara y cayeran en su mismo sitio. Seguro habían chocado con alguna enorme roca, pensó la joven.

— Capitana Arisha, tenemos problemas — Informa un señor, el mayor de todos, y el que más experiencia tiene con los barcos, ese hombre solo le daba sus plegarias al Dios de Sabiduría, comenta que si eres sabio, lo eres todo.

El barco de la joven capitana había sido anclado por otro, el de su más grande enemigo, aquel con el que había tenido una apuesta para quedarse con la riqueza del trono de agua: Kim HongJoong.

—El Dios de la guerra está conmigo, así que ríndete, nunca ganarás esta lucha, mi amor — anunció el capitán contrario con una risita burlona.

HongJoong siempre fue el más sobresaliente capitán, y no solo por sus logros y su enorme riqueza, también por su atractivo físico, sin mencionar lo popular que era con las doncellas. Inteligente, audaz, con un buen sentido del humor y un poco de suerte para salir de apuros, Aquel joven capitán se había ganado el título del mejor pirata, quizás el más temido por los ricos.

¿Acaso me seguías? Eso es hacer trampa, sucio pirata —Acusa la joven apenas se acercó al costado de su nave para poder encararlo mejor.

Hermosa, tú también eres una pirata, ya deberías saber que jugar sucio es lo que hacemos mejor. Vine del este, nunca te seguí — respondió con toque de egocentrismo en su voz, para después enviarle un beso a la joven — ¡Prepárense para atacar! — ordenó dándose vuelta y dirigiéndose al timón.

(...)

Ambos corrieron hasta la antigua fortaleza de rocas, en su paredes se encontraban miles de símbolos que ninguno de los dos podía comprender. Quizás se trataba de un antiguo idioma. No había entrada a la vista, por lo que decidieron rodearla tomando direcciones diferentes, pero al final llegaron a encontrarse sin señales de una entrada.

— ¿Que carajos? — dicen al unísono.

La paciencia de HongJoong se estaba agotando, tanto así que le proporcionó una fuerte patada a la fortaleza.

El santo remedio.

Una palanca de acero se dejó ver tras golpear la pared.

¿Ya comprenden la suerte de este hombre?

Innumerables veces habían ocurrido escenas como estas en su vida como pirata, no, en su vida en general. Cuando aún no tenía la idea en su cabeza de convertirse en pirata, él se dedicaba a la música, tocaba la flauta y con ella traía vida al bosque en donde solía pasar la mayor parte de su tiempo. Uno de esos días un oso pardo lo atacó, y a la velocidad del viento se sumergió en un rio, haciendo trizas su querido instrumento. Más adelante, una cascada de varios metros lo esperaba, no tuvo oportunidad alguna para evitar no caer. Sin embargo sobrevivió a la caída y fue acogido por un grupo pequeño de piratas que aventuraban por la zona. Su única herida fue la garra del oso en su brazo ¿Qué más podía pedir? Su suerte no eran obras de los dioses.

Arisha empuja con todas sus fuerzas a su rival, jalando de la palanca casi al instante. Pero... ¿por qué los muros no se movían?

HongJoong se puso de pie dispuesto a protestar, pero en vez de eso, ambos dirigen la mirada al suelo. Se movía. Muy pronto ambos cayeron por un túnel subterráneo que se abrió justo debajo de ellos.

Lo único que se escuchaba eran sus gritos.

Perros y gatos. Eso eran. A pesar de que estaban cayendo a un lugar desconocido, no dejaban de pelear la delantera. Hasta que los dos se impactaron con el duro suelo.

— ¿Qué hice para merecer esto? — protesta Arisha tratando de levantarse, y cuando lo consiguió sus ojos se centraron en la expresión facial de HongJoong, creía que en cualquier momento sus ojos saldrían de sus cuencas. El joven veía un lugar fijo con mucha sorpresa y ¿felicidad? Arisha siguió su mirada y se encontró con su objetivo: El trono de agua.

Una última mirada entre los dos bastó para que iniciarán una nueva pelea.

Ahora manifestaba sus justificaciones el capitán pirata.
—Vamos, fui yo el que descubrió la palanca, el trono me pertenece, princesita.

— A eso se le llama torpeza y un poco de suerte. ¡Aahg!— menciona abalanzándose sobre él.

Rodaron en el piso por un corto tiempo (eternos para ellos). Cuando uno quería llegar a la silla, el otro se lo impedían.

En fin, cómo ya sabemos, son como perros y gatos.

—¿Exactamente que discuten— comenta una voz en el viento captando la atención de los dos rivales, los cuales se lanzaban piedras.

Arisha frunce el ceño al ver a un hermoso joven sentado en su riqueza.
— ¿Y tú quién eres? No me digas que también vienes por mi trono — dice.

Eric suelta una risita sarcástica. No podía creer lo que escuchaba.
— Primero; no es trono, es mío — aclara haciendo énfasis en el sujeto y la posesión— segundo; no he venido, siempre estuve aquí. Y tercero; Formalidad, linda. Soy tu Dios.

— ¿Dios? ¿No será un engaño para quedarte con el trono?— interviene por fin el pirata— ¿De qué se supone que eres Dios? Conozco a todos, y a ti nunca te he visto— añade. Dirige su mirada a la chica, pero esta ya estaba de rodillas, rápidamente lleva la Palma de su mano a su frente. Ella si le había creído a aquel sujeto.

— Estoy dispuesta a usted, mi Dios — ofrece Arisha.

— Eric, ese mi nombre, digamos que soy nuevo. Los mares y los océanos también necesitan un guardián. Y... ¿qué dije sobre las formalidades? Aprende de tu novia, ya me adora — Se puso de pie para luego acercarse a la joven de pelo claro. Le gustaba lo que veía.

HongJoong soltó una carcajada al escuchar el rol que Eric le había puesto.
— No es mi novia, es un demonio.

— Es bueno saber que no tiene compromisos, así sé que está dispuesta a mí en todos los sentidos ¿no es así, linda?

Espera... ¿qué?

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Quise intentar algo distinto.

Siento que esta historia será un poco extensa. Posiblemente tenga dos temporadas, tengo muchas ideas y son muchos personajes.

Trataré de poner dos pov en un sólo capítulo.

THE GODz   ͟͟͞͞➳ The BoyzWhere stories live. Discover now