Mentiroso (Segunda Parte De Los Demonios Mentales)

Capítulo 29

Capítulo 29

Todos me estaban hablando a la misma vez.

No sabía qué hacer para poder entregarles una sonrisa a todos, o quizás sacarme las selfies que querían.

Estaban haciendo lo mejor que podía.

Mis fans estaban más descontrolados que nunca.

Los quería un montón. Porque gracias a ellos yo estaba aquí, firmándole posters míos, cds míos, porque si ellos no escuchaban mi música yo no podía expresar lo que más me gustaba hacer.

A ellos les gustaban muchos mis letras, las pequeñas oportunidades que tuve de hablar con muchos fans míos, ellos me decían que no todos los cantantes jóvenes expresan tantos sentimientos diferentes en una canción de letra.

Todo lo que hago... lo hago por ellos.

El mentir que soy novio de Serena quizás, lo hago por ellos para agradarles o quizás me odien, pero no sé bien con el fin que estoy haciendo.

Aunque odie mentirles, sé que ese plan debe tener su lado positivo.

— ¡Yannick, aquí!

Sentí una voz de un muchacho, me acerque me tendió una foto mía para que le firmara y luego saco rápidamente su celular, con dificultad, porque estaba recibiendo muchos empujones de las personas que estaban allí.

Nos tomamos una selfie y luego me tomo la mano.

—Eres mi ejemplo.

—Muchas gracias.

—Quisiera ser un chico como tu...

—Gracias, eres un amor.

Me soltó las manos y lo abrace por lo que me había dicho, el me agradeció mucho con las mejillas encendidas.

Seguí con las demás personas, tratando de firmarles todo lo posible y de sacarme todas las fotos que quisieran.

Siempre trataba de estar con una sonrisa, aunque había pasado por una situación difícil hace unas horas atrás que no me dieran ganas de estar sonriendo por todo, pero ellos lo merecían, estaban parados hace horas, solo para verme.

Mi guardaespaldas, me toco el hombro y me dijo:

—Últimos diez minutos, hace una hora que estas.

Asentí rápidamente y me seguí dedicando a mis fans.

Abrace una niña de doce años, ella me entrego un peluche.

Luego le di un beso en la mejilla a una adolescente que decía estar enamorada de mí.

Luego escuché a una chica de veinte años, diciéndome que se había identificado con varias canciones que escribí.

Hasta que sentí.

— ¡Aquí, Yannick, maldita sea!

Sentí que alguien me apretó el brazo fuertemente y me tiro hacia ella.

Una chica con el rostro enojado y con el maquillaje corrido estaba tomándome del brazo fuertemente.

No quería decir que me dolía, pero sabía que me estaba lastimando.

—Hace una hora te estoy hablando...

— ¡Lo siento!

— Es porque soy gorda, ¿no?

— ¿Qué? ¡No!

La chica negó con la cabeza y me paso tres posters de mala manera para que firmara. Parecía estar enojada, pero de verdad, yo no la había visto en ningún momento, quizás ella me estuvo llamando hace mucho tiempo, pero yo por estar con tanta gente no logre verla, nunca despreciaría a alguien de esa manera.