LIKE A PRAYER ━━ ❛ OH DIOS, CREO QUE ESTOY CAYENDO ❜
supernatural
─⊹⊱ season four ↺ season six ⊰⊹─
( lilith arduenn x supernatural ¡! )
♯ᬊ su vida empieza cuando
descubre los secretos
...
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Dean Winchester
desayunaste?
Lilith an idiot
si
que desayunaste?
lo de siempre un latte con galletas
Bien.
por cuánto tiempo vas a estar repitiendo estos mensajes Dean? ya sabes, si estás dispuesto a entenderme podemos hablar :) o intentarlo
Dean había estado el mes desde la pelea mandándole los mismos tres mensajes: ¿desayunaste? ¿Almorzaste? ¿Cenaste? Y cuando planteaba hablar de lo sucedido se marchaba. Respondió el mensaje de Sam con un si y arreglaron encontrase en la cafetería de Salem la semana que viene. Cansada de los mensajes de Dean, Lilith esnifó una raya de cocaína para empezar el día con normalidad. Llevó su café y una bolsa de galletas de chispas de chocolate y vainilla al cementerio, y desayunó allí con su madre. En sus auriculares sonaba el último álbum de Madonna, Hard Candy, estaba en bucle desde que salió en abril. Ese día no estaba conversadora. Le había contado de las cosas que dijo y pidió perdón por haberse dejado llevar por la furia. Notó que las flores amarillas de Dean fueron cambiadas por unas más frescas, se sorprendió de que regresó a la tumba de su madre y su pesar no se quedó en un solo día. También había otras, unas que no había visto antes. Alguien había dejado unas rosas en su tumba. Le encantaría saber quién fue. Talvez Bobby o Dorian.
Después de estar con su madre, Judas la llevó a la sala de estudios, en dónde la reina del infierno tenía preparado nuevamente el hechizo para observar sus memorias. El día de Lilith comenzaba de maravilla, eso significaba que continuaría la historia del nacimiento del primer demonio y la guerra celestial. Estaba tan emocionada que nadie le tuvo que indicar sentarse en el suelo.
—Oh, muy bien —dijo la reina sorprendida de su emoción—. Judas, por favor, vigila nuestros cuerpos.
—Por supuesto mi reina.
Igual que la otra vez, la tomó de las manos y recitó el hechizo. La habitación tembló y pronto despertó en el escenario de la memoria: una cueva en penumbras, angosta y tétrica. La oscuridad no le permitía ver nada más allá de la pequeña luz al final del túnel. Su audición se convirtió en el informante más rico proveyendo el clamor de las bestias prehistóricas y el desastre de una fuerte tormenta que hacía silbar al viento como una poderosa bocina, se estrellaba contra las rocas y sacudía las copas de los árboles. De pronto, el arcángel Lucifer ingresó a la cueva trayendo la luz para observar a la primera mujer escondida contra la pared, arrinconada en una esquina abrazándose las piernas, titiritando de frío. La muchacha sonrió cuando lo vio llegar con sus alas apenas entrando en la cueva. Lucifer se acercó a ella y la abrigó entre el calor de su cuerpo y sus luminiscentes alas, con amor y cuidado.
