Capítulo Veintidós: El despertar de Shaina

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Pero ahora que estoy aquí, de pie, en una casa desconocida, con una lata de cerveza en mi mano de la que no he tomado y rodeada de personas que no conozco, pienso que fue una mala idea. No logro integrarme porque me siento incómoda y porque no escapo de mis pensamientos.

No tengo control de mi mente, pienso sin parar en todo lo que ha estado sucediéndome y cuestiono tanto mi cordura que si no estoy loca, entonces acabaré porque convencerme de que sí lo estoy.

Veo a mi lado y Sun Hee está sonriendo lo que de inmediato me tiene sonriendo. Mi amiga se ve radiante, cómoda y feliz, es evidente que la cercanía que ha desarrollado, en mi ausencia, con Seung Wook ha sido muy especial y significativa y lo que más me gusta es que es correspondida, porque he notado la manera en la que él la mira y cómo le da suaves toques inocentes y dulces que la hacen sonrojar. Quisiera algo así.

Quisiera ir a una fiesta con Anders, tomar su mano, tocarlo sin cohibirme de que las personas puedan vernos y solo disfrutar sin que mis pensamientos me consuman, pero estoy loca y no soy normal. Esas cosas, esos escenarios, no son para mí.

Mi amiga nota que la estoy viendo y me da una amplia sonrisa antes de hacerme un corazón con su pulgar e índice y lanzarme un beso de una manera que resulta tan adorable que ni siquiera debería ser legal, eso me sube un poco el ánimo.

La canción relajada que estaba sonando cambia por una que tiene a todos gritando y que comienza con una melodía sensual que pronto tiene a las personas agrupándose en el centro y pegando sus cuerpos mientras se mueven de una manera que resulta muy sugestiva. Veo a Seung Wook susurrarle algo a mi amiga y tras morderse el labio inferior, ella asiente y toma la mano de él, luego extiende la otra hacia mí y sacudo la cabeza en negación.

—Ow ¿No quieres venir con Unnie?

—Terminaré mi cerveza —Me excuso y para hacer un punto, doy un pequeño sorbo.

Me ve no muy segura, pero al final acepta mi negativa y va a la pista de baile. Por un momento estoy intrigada de si ellos van a bailar de la manera sucia en la que lo hacen todos porque Sun Hee es muy apegada a su cultura y ese tipo de demostraciones o bailes no son los suyo. Estoy tensa preguntándome si cambiará por él, pero me relajo cuando se comportan de manera tonta bailando uno alrededor del otro mientras se sonríen y ríen.

—Son muy bonitos —susurro a nadie en particular porque me he quedado sola—, es como ver un drama juvenil para todo público.

La parte curiosa de mí se queda viendo a las personas bailar de forma lasciva, pero también integrarse mientras cantan a los gritos y sienten la música con una efusividad que nunca he experimentado. Me da celos y envidia ver cómo todos se acoplan sin problemas, cantando sin importarles si él de al lado es un desconocido o si sus cuerpos se rozan de manera involuntaria. Es horrible anhelar algo que para otros puede resultar tan fácil y que para mí no lo es.

Sin poder aguantar un poco más de la amargura de mis celos y envidia, decido salir porque también debo verme tonta de pie sola cómo una persona adorno que no sabe qué hacer. De esa manera llego a un amplio jardín que se encuentra solo, excepto por una pareja besándose detrás de unos árboles. Esta no era una fiesta con muchos invitados, Sun Hee mencionó que era el cumpleaños de un compañero de clases, cómo mucho, seremos veinte personas.

La noche es fría, tal vez demasiado para la camisa de tela delgada que estoy usando, además, hoy decidí romper mi tipo de vestimenta de siempre con un pantalón con rasgaduras que hace que el frío me roce la piel de algunos sitios en mis piernas, tal vez no fue el mejor día para optar por esta ropa sin ningún tipo de suéter.

Cuando alzo la vista noto que no hay estrellas tampoco hay luna, parece una noche melancólica que supongo que va muy acorde con mi estado de ánimo. El vibrar de mi teléfono me desvía de cualquier pensamiento deprimente, pero solo ruedo los ojos cuando veo que es un mensaje de mamá pregunta en dónde estoy, le miento diciendo que veo dramas con Sun Hee y cuando vuelvo a la pantalla de inicio me es imposible no dibujar en mi rostro una sonrisa triste encontrándome con el primer dibujo que Anders me regaló, porque lo he puesto de protector de pantalla.

El Rostro de una MentiraWhere stories live. Discover now