~Mateo~
Estaba viendo el cielo desde el jardín de mi casa, ya era de noche, la luna, las estrellas y Dios eran mi única compañía en ese instante, sentía una paz enorme, me sentía feliz, estar en este ambiente me hacía feliz. Es increíble como Dios creo tanta belleza.
-Mateo- dijo la voz de mi madre sacándome de mis pensamientos- ya es muy tarde es hora de que entres a casa si no te quieres resfriar- dijo sonriendo, yo asentí y me levanté para dirigirme hacia el interior de mi casa.
-Hijo, Sara llamó, dijo que todo estaba bien y que en un par de días podría volver a la normalidad- dijo mi padre quien se encontraba sentado en el sofá viendo las noticias.
-Gracias papá- dije mientras pensaba en porque no me había avisado a mí.
-Antes de que pienses porque Sara no te avisó a ti, fue porque dijo que te había llamado y tú no habías respondido su llamada- dijo mi madre como si hubiera leído mis pensamientos, pero en algo tenía razón había dejado mi teléfono en mi habitación.
-Gracias mamá- dije con una sonrisa- iré a dormir, que tengan una linda noche -dije a modo de despedida.
-Que tengas dulces sueños- al unísonido.
Llegué a mi habitación y tomé mi guitarra y empecé a tocar, solo Dios sabe cuanto disfruto tocar y escuchar la melodía de este hermoso instrumento.
No sé por cuanto tiempo estuve tocando, pero mis ojos empezaron a cerrarse poco a poco y el sueño iba venciendo cada vez más y más, hasta que quedé completamente dormido.
~Sara~
Estaba sentada en mi cama viendo vídeos en YouTube, había sido un día muy largo pero gracias a Dios todo estaba bien, y en unos días todo volvería a la normalidad. De la nada empezó a llover, desde mi ventana podía apreciar la lluvia, y también podía ver como los árboles se mecían debido al viento, amaba la lluvia sobretodo porque me gusta mucho leer y escribir, y siempre aprovecho la lluvia ya que me inspira y me hace sentir en paz, disfruto mucho escuchar el sonido que hacen las gotas al caer. Un fuerte trueno me hizo salir de mis pensamientos,así que a como pude me levanté de la cama ya que mi pie aún dolía y me encaminé hacia la cocina, todo iba bien hasta que llegué a las escaleras de mi casa, no sabía como iba a bajar.
-¡Sara!- gritó mi padre quien se encontraba unos pasos tras de mí- no bajes, debes de tener cuidado hija no quiero que te vayas a lastimar de nuevo-dijo mientras me tomaba del brazo y me dejaba de nuevo en mi habitación- ¿querías ir por algo abajo?- yo asentí en señal de respuesta.
-Mis medicamentos están en la cocina papá- dije a lo que él asintió, salió de la habitación y luego de unos minutos dejó los medicamentos en mi escritorio y se despidió de mí.
Mi teléfono empezó a sonar, al tomarlo entre mis manos pude ver que un número desconocido me estaba llamando.
-¿Bueno?- dije al contestar la llamada.
-Sara, ¿eres tú?- dijo la voz de una chica.
-Sí, y...¿tú eres...?- pregunté ya que no conocía su voz.
-Oh perdona- dijo y soltó una risita- Soy Maya, tú no me conoces, pero yo a ti sí, eres amiga de mi querido Mateo- al escuchar sus palabras me quedé en blanco- Bueno el punto es que él me dio tu número por que si algún día no me podía comunicar con él podía hacerlo contigo- yo solo la escuchaba- ¿podrías decirle que iré de visita a su país por unos días?- preguntó con pena.
-Claro, mañana se lo diré-dije con un tono de voz alegre.
-Gracias Sara- chilló - pronto nos conoceremos querida, que descanses- dijo y cortó haciendo que no me diera tiempo de responderle.
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SARA
SpiritualSara tendrá que enfrentarse a pruebas que Dios pondrá en su camino, tendrá que recordar quién es ella y cuál es su vida debido a un trágico accidente. Tendrá que encontrar su camino para así poder recordar su vida pasada y poder volver al lugar del...