Capítulo 4

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~Mateo~

Al llegar del aeropuerto nos dirigimos al centro comercial para ir a almorzar y de una vez darle la gran sorpresa a mi mejor amiga Sara, estaba que me moría de los nervios, era una bendición para mí volver a verla luego de tanto tiempo.

Llegamos y nos dirigimos a la sección de comida, Ruth la madre de Sara nos había enviado por whatsapp el número de mesa en la que se encontraban. A lo lejos pude ver a Ruth sentada en la mesa, más no vi a Sara, nos acercamos a ella y ella al verme se levantó de la silla con una sonrisa en el rostro y me dio un abrazo y luego habló:

-¡Por Dios Mateo,pero que guapo estás!-dijo mirándome y soltándome del abrazo que me estaba dando.

-Pero que cosas dices-dije un poco apenado-y cambiando de tema, ¿Sara aún no llega?-le pregunté nervioso.

-Dijo que iba a traer una pizza pero aún no regresa, podrías ir a buscarla si quieres-Dijo con una sonrisa en el rostro.

No tuvo que decir más, dije que regresaría en cuanto la encontrara, caminé por el largo pasillo lleno de personas, en mi mente pasaban las palabras que le diría a mi mejor amiga iba pensando y pensando en lo que diría, pero un fuerte dolor en mi frente hizo que esos pensamientos desaparecieran, reaccione al instante y me di cuenta que había tirado al suelo a una chica que vestía de negro le tendí la mano para que se pudiera levantar y ella lo hizo.

Al levantarse nuestras miradas chocaron, pude ver que sus ojos eran como un mar de chocolate, su cabello era negro aunque se le observaban algunas luces café claro, lo llevaba recogido en una trenza,no sé por cuanto tiempo la observé pero pude darme cuenta de que ella había apartado la mirada de mí, yo conocía esos ojos y ese cabello,  yo conocía a esta chica... ¡claro! era Sara mi mejor amiga, al reconocerla me acerqué a ella, ella al darse cuenta me miro desconcertada, yo sonreía ya que estaba tan feliz de haberla encontrado, la miré por un instante y luego hablé:

-¡Hola Sara!, ¿ya no me recuerdas?-le dije sonriendo.

Ella guardó silencio y me observó por un largo tiempo, más luego de observarme tanto sonrió, su sonrisa mostraba un sin fin de emociones que no sabría que palabras me diría.

~Sara~

Al escuchar sus palabras "Hola Sara, ¿ya no me recuerdas?" la única persona que se me vino a la mente era mi mejor amigo, decidí analizarlo por un largo tiempo, lo primero que observé fueron sus ojos los cuales eran de un color azul eran como el océano, su piel era clara, su cabello era de un color negro y lacio, tenía que ser él.

-¿Mateo eres tú?, es enserio todo esto, dime que no estoy soñando- le dije en un tono que al parecer a él le pareció divertido.

-Vaya,pensé que me habías olvidado-dijo poniendo una cara triste que a mi me causó gracia.

-No como crees, sólo que has cambiado demasiado, mira lo grande que estás, casi no te reconozco-le dije con una sonrisa y con los ojos ya cristalizados.

-No he cambiado sigo siendo el mismo chico,y aún cristiano gracias a Dios, y bueno por qué no vamos a la mesa, tus padres y los míos nos esperan y creo que ya tardamos mucho-Dijo con una sonrisa en el rostro.

-Está bien, vamos, pero luego debemos de ponernos al día-Le dije mientras nos dirigíamos a la mesa.

Al llegar los padres de Mateo me saludaron, nos pusimos al día luego de tantos años sin vernos, habían sido ¿cuántos?, ¿Seis?, eran muchos para mí

Luego de comer nos quedamos charlando por un largo rato, pude descubrir que Mateo asistiría al mismo centro educativo, si así es ambos iríamos al Christian College y también estaríamos en el mismo salón, me alegraba que él estuviera ahí, no es que no tuviera amigas o amigos pero la verdad era una bendición para mí poder compartir tanto tiempo con mi amigo, él era una bendición que Dios había dejado en mi vida.

Al anochecer nos despedimos, la verdad había sido un hermoso día para mí, al llegar a casa cenamos en familia y luego subí a mi habitación a orar,iba a dormir cuándo recordé que mañana debía de asistir a la iglesia por la mañana, ¡Dios mío! Lo había olvidado por completo, debía de preparar la clase bíblica para mañana, me levanté rápido de mi cama y me dirigí al escritorio a buscar mi biblia, más luego de tanto buscarla no la encontré, me angustie mucho ya que la había perdido, pero Dios sabe por qué pasan las cosas y a lo mejor es una lección para mí ya que soy tan despistada.

Agradecí ya que tenía la app de la biblia en mi laptop, abrí la app y busqué el tema del cual les hablaría a los niños, eran niños más o menos entre seis y ocho años, eran un amor de Dios.

Luego de mi búsqueda decidí que hablaría sobre El hijo prodigo, hice apuntes y saque preguntas y algunas actividades que les haría a los niños y luego de eso decidí descansar, lo último que pasó por mi cabeza era el momento en el que choqué con Mateo.

Hola querido lector/a acá  dejo un nuevo capítulo,muy pronto se vienen pruebas por las que tendra que pasar Sara y su amigo Mateo.
Si te gusta esta historia no dudes en comentar o en dejar tu estrellita ☆, te lo agradecería mucho ya que me motivará a seguir con esta historia, saludos.

Jasmin♡



SARAWhere stories live. Discover now