— ¿Se puede saber que te pasó?

— Nada. Tuve un calambre –no le creo y mi rostro se lo deja ver–. Es que ese sitio tiene una reputación. Cuando alguien entra, los trabajadores, que son mínimo cuatro, se van y quienes entran, es precisamente para coger. Nada más.

— ¿Y a ti qué te importa a qué van ellos?

— Nada. Resulta que lo recordé, me tambaleé...y ya.

Ella se encoge de hombros para volver a la marcha. Aunque es obvio que está desarrollando un sentimiento de territorialidad y/o posesividad respecto a André, muy fuerte. El cuál Amber tambalea más que a su pie sobre la caminadora.

— Tengo que ir a entrenar, ¿quieren venir? –West generaliza pero después traduce.

Tuan Chi al parecer tiene algo pendiente, sin embargo, Xavi aparece rato después en el dormitorio Viene esplendido, e incluso juega con AlWest mientras nos espera. Con todo, una vez dentro del auto, West que ya tiene mayor confianza, no se limita y acaba preguntándole qué ha hecho en toda la mañana.

— He estado con Mica –cuenta con ese énfasis de alarde eufórico que siempre tiene al relatar un chisme–. Anoche me colé en su residencia

— ¡¿Qué?! –chilla deteniendo el auto.

— Conduce West, sigue Xavi.

Ambos me obedecen.

— Sí, lo hice por la habitación vacía –para mí, la sexta habitación–, ella abrió la puerta y con cuidado de no ser vistos, atravesamos el pasillo. Estuve todo este tiempo con ella, hasta que los "reyes" se fueron y las otras no salían de sus habitaciones.

— Espera –me preparo para cuestionar– ¿Micaela le robó a Beck la llave? Porque esa habitación le pertenece a él.

— No: la habitación es de todos, solo que Beck la usa más. Ella como el resto tiene su llave.

— ¿Y por qué tanto lío? –reflexiona West– Si entrar por su ventana es más fácil.

— Puntos ciegos, chica lolita. Recuerda que hay cámaras...

— Oh verdad, lo siento.

— ¿Entonces nos estás diciendo que es posible entrar a la sexta habitación del edificio de los pedestales, sin ser notado por nadie, ni visto por las cámaras?

— Sí, Arinita.

Esto me suena a plan futuro pero mientras, nos toca ver a West saltar obstáculos sobre "Vendaval" su jinete para la próxima competición. La de esta tarde. Con todo, ahora es la primera vez que entrena y con ello evidencia que como jinete posee una autoestima de titanio. Aplaudimos en todo momento hasta que ella deja el caballo a cargo de un instructor.

— Me lo cuida bien, mire que será el campeón.

El instructor ríe antes de retirarse.

— Por supuesto que sí lolita, ¡a por todas perra!

— ¡Xavi! –ella ríe por su expresión.

— ¿Has ganado antes? –me intereso.

— Sí, en primero.

Dicho lo tal, nos alejamos del campo de equitación. Volvemos al ritmo de la música hasta que West la detiene porque, según ella, siente algo vibrar. Lo que resulta ser su móvil con un chat de DUDO, mensaje de @DirecciónItalo: «Estudiante Amelia Amanda West Irrabiola, favor de presentarse en el edifico. Tiene vistita: Alana West Irrabiola»

— ¡¿Te llamas: Amanda?! –replico al terminar de leerle dicho mensaje.

Ella calla.

Aunque direcciona el timón hacia allí. Xavier y yo que más nada tenemos en la agenda para hoy, salvo hacerle de comitiva, la acompañamos sin rechistar.

Sociedad Italina (Completa) ✓©Where stories live. Discover now