Revelaciones en el Baño

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Escapar de los límites de mi apartamento la noche siguiente fue extremadamente difícil por las miradas sospechosas de Paige y su cuestionamiento pesado. Era incomprensible para ella que estuviera usando mis jeans oscuros en lugar demis sudaderas habituales, qué mi cabello estuviera bien cepillado y libre de la típica liga elástica que agrupada mi cabello en un moño desordenado . Había sido una mentirosa maravillosa con la excusa de que iba salir con Víctor por la noche fue poco creíble. También fue una salida fácil, ella había exigido que la invitara  pero entre Paige y Víctor hay una amargura a causa de una comentario de borrachos que ella le había arrojado a Victor meses atrás.

—No puedo creer que todavía esté molesto por eso. —se burló desde su lugar en el sofá. Detuve mis movimientos frenéticos alrededor de la habitación en un intento de encontrar mis llaves de la habitación para mirarla, suspiré profundamente y levanté una ceja con incredulidad.

—Lo llamaste maricón.

—Oh, como sea, —replicó rolando los ojos—. Nadie puede aguantar una simple una broma.

Mis ojos se iluminaron al reconocer la cuerda verde de seguridad  que se adjuntaba a mis llaves, rápidamente mis dedos las tomaron empujandolas a mi bolsillo, subí la cremallera de mi chaqueta y me deslicé un par de guantes.

—Me voy. —anuncié, evitando su mirada dura . Hubo un silencio incómodo y me aclaré la garganta tranquilamente, lamí mis labios ligeramente—.  Yo… eh, no sé a qué hora voy a estar en casa. —otro ruido extraño se escapó de mi garganta—  Así que no tienes que esperarme despierta.

—Bien,  —ella suspiró con irritación atada a su voz, apretó los labios y asintió con la cabeza hacia el contenedor azul turquesa que estaba situado en la mesa de a un lado—. Yo voy a estar aquí con mi buen amigo el Señor helado de chispas de chocolate. —Ella gimió y se dejó caer la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados—. Dios, soy una cerda patética. —Era mi turno de rodar los ojos.

—Si eres una cerda, entonces yo soy una puta ballena. —Sonreí levemente, volviéndome para salir—.  Diviertete, ¿de acuerdo?

Ella agitó su manita delicada en el aire, haciendo que me apurara. Sonreí agradecida.

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Bill me había ido a buscar en una copia casi idéntica del auto de Tom, pero este coche estaba libre de aque “Rayón” microscópico que yo le había hecho brutalmente en el lado de su puerta. Se subió alrededor de la espalda , que me pareció un poco extraño , y cuando me deslicé en el interior de cuero fresco , sonrió suavemente desde detrás de un par de gafas de sol masiva .

—¿Dónde esta?… —Fruncí el ceño ligeramente, mirando hacie el asiento trasero vacío.

—Siendo un estúpido, —murmuró, suspiró profundamente y giró hacia una calle principal—. Nos encontraremos allí.

—¿Necesitaba más tiempo para arreglarse?  —Bromeé ligeramente, sonriéndome a mi misma con una imagen de Tom arreglándose en mi mente. Lo pude visualizar .Tom de pie cerca de un espejo, quisquilloso sobre cada pequeña imperfección en la suave piel de su rostro.

25 Days With Mr. Arrogant en EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora