Encuentros Cercanos

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—Espera, espera. Déjame ver si entendí bien,  estas bajo un contrato de esclavitud con un extranjero que nunca has visto.

Era la tradicional noche de cine con Victor. Generalmente, consistía  con pizza de queso grasienta y si teníamos suerte una botella barata de vino tinto. La película, por supuesto, de algúna tienda de aquiler de mierda ya sea una película independiente mediocre o para su gusto una de romanticismo cursi donde los hombres más rectos eran detestables. Es por eso que yo estaba tan feliz de tener a Víctor en mi vida. Las películas de chicas alegres y las discusiones más profundas siempre han sido más fáciles en la compañía de un hombre gay. Pero esta noche era diferente, porque tomé la difícil decisión de decirle acerca de mi situación con el asquerosamente rico Señor arrogante.

—No soy una esclava —suspiré, tomé un trago de mi copa de vino— técnicamente, una sirvienta.

—Oh, por favor,  —puso los ojos en blanco—. Estás haciendo sus compras del supermercado, ¡Limpias sus sábanas! —Se volvió hacia mí, con los ojos entrecerrados—.  ¡Sus manos tocaron su semen seco, Anna! ¡Eres su esclava, mujer! ¡Su semen!

Tosí un poco, recordé mientras tomaba de mi vaso en el pensamiento.  —Por favor, —me atraganté, dejando el vaso con cuidado—. Por favor Vic, no me lo recuerdes, Dios.

—Está bien, está bien, —Se rió un poco, levantando su vaso y tomando un pequeño sorbo—. Ese tipo debe de estar más guapo que el infierno, corazón, por todo lo que te estas haciendo pasar.

—No es guapo, —le dije bruscamente—. definitivamente no es bien parecido.

—¿No?

— No. —Fruncí el ceño levemente y negué con la cabeza tras un momento.

—No estas tan segura de eso, cariño. —Vic sonrió con ojos brillantes en mi dirección.

Sentí mis mejillas sonrojarse, tomé otro largo trago de mi vaso haciendo una mueca ante el sabor amargo del vino tibio inundando mi boca. Me senté, pensando. Tom no era atractivo, parecía una especie de artista de rap extraño, atrapado en la piel de un niño alemán y es ¡Horrible! Sus ojos eran de un simple y aburrido color marrón y de forma tan común. Él tenía esa desagradable y horrible perforación, ¡Dios!, pegado a través de su labio inferior y la línea de su mandíbula ni siquiera era tan masculino...

Me quejé por dentro.

Yo no era muy convincente, incluso para mí misma.

Victor me sonrió , hundiendo sus dientes en el otro pedazo de la pizza ahora ya estaba fría. Él asintió con la cabeza hacia atrás y hacia delante afirmando y masticando lentamente.

Anna está enamorada. —cantó a la ligera.

Me senté de nuevo en los cojines , mortificada. No había había camino más directo al infierno.

Los dias siguientes, no recibí ni una palabra de Tom. Ya habían pasado tres días sin llamadas, ni textos, ni mensajes de voz llenos de ira. Mi día fue independientemente, paré a tomar un café y un sándwich entre clases, fui a dejar un libro de la biblioteca, Fui al departamento de Vic, tomamos un poco de sidra y donas por la tarde. Alrededor de las cinco, estaba en la biblioteca a punto de terminar un proyecto para mi curso de la política, asi que decidí que era hora de irse, estaba oscureciendo  y el sol no tardaría en irse, el aire frío de octubre haría agonizante mi paseo de quince minutos de regreso a casa .

Estaba en lo cierto. Mis ojos se humedecieron rapidamente mientras veía como caminaban enérgicamente otras personas en las aceras, estaba desesperada en buscar el calor de mi apartamento. No quería nada más que para envolverme a mí misma en mi manta sentada en el sofá con una taza de café caliente y ver una película. Estaba absolutamente agotada y las ráfagas rápidas de viento contra mi piel causaban una sensación de entumecimiento que se desplazaba a través de mi cuerpo.

25 Days With Mr. Arrogant en EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora