17 [parte 1]-West

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No varío la postura, de manera que al volver mi compañera me haya viendo al techo. Extiende una mano para que tome un café y sonrío. Porque antes supuse que no me traería nada.

— No discutamos ¿vale? Yo sé que tú tienes tus tiempos; todos los tenemos. Por eso entiendo que es normal, que tardarás en date cuenta y que eso está bien.

— ¿Tardar con qué?

Ella ve al techo como si allá arriba hubiera algo más interesante que yo. Aunque eleva un muslo y de medio lado toma asiento en la esquina de mi escritorio. Aviso que no pelearé y luego de dar un sorbo a su café, habla.

— A ver: te diré lo que creo. Tu amas a Calen eso está claro. André es otro chico de Italo equis –hasta ahí le sigo bien, cabeceando–. Pero gracias a tus locuras resultó que estuviste con él, creyendo que era Calen. Ahora: sin buscar el origen de por qué te gustó en sí, te gustó –enfatiza–. Te gustó desde el primer beso hasta el último orgasmo y yo voy a decirte por qué. En parte psicología, la mente apoya muchas fantasías y el nivel de cachondeo que alcanzas y la otra parte, es que te folló bien bueno.

— Carson.

— Calla y escucha: la solución aquí (mi consejo) es que debes volver a estar con André sin pensar en Calen ni en esa fijación que tienes desde chiquita con él. Porque necesitas sacarte esa espinita. Cuando sepas que este otro no es Calen, sino alguien con quien no quieres, todo acabará y tendrás claro todo lo que ahora tienes en duda.

— Menudo consejo –le hago notar. Bebo el café–. Aunque tal vez...tal vez debería intentarlo –ella cabecea dándome la razón– En la Poolkiss. Mañana.

— ¿La qué?

— Es la noche intermedia entre la competencia de natación y las demás competencias. Hay piscinas inflables por todos lados, música fiestas, bebidas de todo tipo, espectáculos, DUDO se suspende...una locura. Además se va en bikinis y desde los tiempos más remotos es la noche para coger con quien quieras. Besar a quien sea y en mi caso, echar un polvo sin sentirme culpable, ni traicionar mi amor por

— Calen –termina Carson–, ya, ya lo capto. Pues ahí lo tienes, ¡madre mía! que locura.

Después de un trago al café ella se va a su escritorio. Entiendo ahí que ya terminamos conmigo.

— ¿Y tú qué? –lanzo– Me dijiste que Beck y tú –doy un gesto con mis índices– ¿Qué tal?

Aaah Maravilioso –se inventa– pero...West

Carson rueda su silla hasta mí. Pese a estar solas, necesita la proximidad que le dará comodidad para contarme algo oculto o que ha descubierto. Eso me dice su expresión.

— Antes de la carrera de los 200 metros fui a verlo ¿Sabes? –lo sé– Entonces, en concreto oí una charla extraña entre él y KIMKA

De su boca escucho el relato del encuentro y al preguntarme si entre ellos hubo algo, niego.

— Lo sabríamos, la Sociedad Italina entera lo sabría. Y eso de Calen, no. O sea ellos han dejado ver que se llevan bien pero como lo harían dos buenos, no sé, compañeros de trabajo de una empresa.

— ¿Estás completamente segura que ese imposible ese triángulo amoroso?

— A ver, Carson, esa certeza no la tengo pero no, no

— No quieres creerlo –acaba por mí.

— No quiero ni sopesarlo.

— Tranquila, solo es una hipótesis –me deja caer al palmearme las rodillas.

Sociedad Italina (Completa) ✓©Where stories live. Discover now