Capítulo 1

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Había logrado conseguir trabajo como mucama en la mansión Phantomhive gracias a una vieja amiga, Mey-Rin.
Me habían despedido de mi trabajo anterior debido a que la Marquesa Midford, Frances Midford, me echó ya que para ella no era lo suficientemente eficaz además de decirme "indecente" sin ningún motivo, estuve soportando todas sus quejas y humillaciones por parte de ella. Como resultado me echó. Si sabía que la marquesa era tía del Conde Phantomhive pero esperaba que el trato hacia los empleados, por lo menos, sea un poco diferente. Según Mey, era un amo muy bondadoso. Lo que extrañaría de la mansión Midford sería a la señorita Elizabeth y a Paula. Las únicas que eran amables en esa mansión, además del hermano de Elizabeth, Edward y su padre.

En fin...
Me encontraba a las afueras de la mansión Phantomhive, estaba por tocar la gran puerta hasta que se abrió antes de golpear.
Abre la puerta un mayordomo de cabello negro y hermosos ojos rojos... bastante alto comparado con mi pequeña estatura. Había quedado algo embobada.

Xx: Señorita... señorita —pasa su mano de arriba a abajo frente a mis ojos y vuelvo a la realidad.

______: E-eh si. Lo siento, vengo de parte de Mey-Rin, me recomendó esta mansión para trabajar, ya que fui despedida hace poco. Me preguntaba si quizá... —aclaré mi garganta— Si necesitaban otra mucama ¿Tienen otro puesto?...

Xx: Un momento... —cierra la puerta y quedo fuera por cinco segundos hasta que vuelve a abrir— Disculpe mis modales, pase un momento. Siéntese en el sofá y espere, en un momento regreso. —dijo y sube por unas escaleras que parecían no tener fin.

Suspiro y me dedico a esperar al hermoso mayordomo de negro. Me recargo en el sillón hasta que oigo un grito femenino, que se acercaba más y más. Luego sentía un peso sobre mi.

Mey-Rin: ¡Me alegra que hayas aceptado venir! Te he extrañado demasiado...

______: Yo también, Mey —dije tratando de quitarla de encima mio — Iba a tratar de conseguir el empleo de todas formas. Era obvio que la Marquesa me echaría en cualquier momento —alzo los hombros.

Mey-Rin: Bueno, no importa. Por lo menos estarás conmigo. Te juro que nuestro amo, Ciel, es el mejor —dijo entusiasmada.

Otras voces se unieron a la conversación. Aparecieron tres sujetos, dos rubios, uno alto con un cigarro en mano y delantal de cocina, otro de menor estatura con un sobrero de paja y el último era anciano muy pequeño. Tenía una tazita verde y soltaba una que otra risa.

Mey-Rin: ______, te los presento. Él es...

Xx2: Yo soy Bardroy pero puedes llamarme Bard, linda —dijo el de mayor estatura y agarra mi mano besándola para luego guiñarme un ojo, a lo que yo sonreí.

Xx3: Yo soy Finnian, pero puedes decirme Finny —dijo simpático el rubio con sombrero de jardín, estrechando nuestras manos.

Mey-Rin: Y él —señala al del termo verde— Es Tanaka —saludo al de menor estatura y este rie— Creo que esos son todos.

Xx: ¿Ustedes tres no deberían estar haciendo sus quehaceres?

Mey-Rin: Si, pero... ¡Ah, me olvidaba! ______, él es Sebastian Michaelis —arrastra del brazo al mayordomo que anteriormente me abrió la puerta y lo empuja a mi lado.

______: Ah, si... m-mucho gusto —estiro mi mano y el pelinegro no tarda en responder.

Sebastian: El gusto es mío, señorita. Puede seguirme si desea saber más sobre el empleo —Mey-Rin chilla de alegría y se lleva a los tres hombres consigo.

El de ojos rojos, sube por las escaleras, conmigo detrás suyo. Recorrí no sé cuantos pasillos, siguiendo al pelinegro hasta que se detiene en una puerta y la abre pasando el primero, luego me dejó entrar a mí.

New Maid (Sebastián Michaelis y tu)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz