26

685 72 3
                                    

15/02/2020
Diario de Lesly

Ayer no se me ocurrió que regalarle a Sebastian. Así que hoy muy temprano le propuse salir a dar un paseo.

—¿Tienes libre el día de hoy? —le pregunté.
—Solo tengo que llevar unos documentos a la oficina —me dijo—. Pero es rápido —agregó.
—Bueno si quieres te acompaño y después salimos a dar un paseo —sugerí.
—Me gusta la idea ¿A dónde quieres ir? —me preguntó.
—A la playa —le respondí.
—¿Otra vez? —cuestionó sorprendido.
—Sí, el otro día me quedé con muchas ganas de hacer un par de cosas —le contesté.
—Está bien, te alistas y nos vamos —terminó.

El camino ésta vez fue mucho más corto y no me llevó al mismo lugar sino a uno más hermoso rodeado de muchas palmeras y dónde podía encontrar caracoles en la orilla, también algunos peces y muchas ostras pequeñas.

Me sentí libre de hacer lo que deseaba hacer; correr por la playa con los pies descalzos y tocando el agua. Sebastián al principio me observó inquieto, pero luego ví como se quitó sus zapatos y corrió hasta mí, por supuesto corrí un poco más lejos y un poco más hasta que al final me alcanzó y me tiró sobre la arena blanca y tibia por el sol yo sonreí y él sonrió también.

—Oye —le dije—. Quiero preguntar algo.
—¿Es algo muy importante? —preguntó.
—Sí, mucho —le respondí.
—Entonces la plática debe ser muy seria —sugirió
—Claro que sí —le contesté.
—Haber pregunte señorita Lesly.

Con su manera de hablarme me hizo sonrojar. Me puse nerviosa y hasta pensé que retroceder, sin embargo era demasiado tarde.

—¿Tú, aún me amas? —cuestioné al fin.
—Yo a usted llevo amándola por siempre —me confesó.

Fue bueno saber eso y tener claro desde donde partir. 


Amándola por Siempre (Libro #2)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant