Amándola por Siempre (Libro #2)

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Un día Sebastián me preguntó si yo creía en el destino.
Mi respuesta en aquel momento fue vana y simple, aunque respondí que sí no tenía suficientes fundamentos para defender el porqué yo creo en el destino.
Si me lo llega a preguntar de nuevo respondería que nuestra historia de amor está escrita por el mismo destino, hubo no solo una manera de separarnos en el recorrido de nuestro camino sino varias circunstancias que nos hicieron tomar caminos diferentes siempre.
Ahora comprendo que no era nuestro momento, que todo requiere un proceso, que cada obstáculo volvió lo nuestro más intenso y creo que cada complicación que tuvimos fue una capa protectora que recubrió nuestro amor.
Hoy después de tanto tiempo lo veo aquí, tan cerca de mí y aún así es imposible creer que estemos juntos, que formamos una familia y que de vez en cuando lo voy a encontrar en la cocina, en nuestra habitación, en el jardín y de pronto me seguiré enamorando con las cosas que hace; como cuando juega con nuestra niña, ahí en ese momento lo amo más que nunca porque ellos son justo lo que anhelaba; una pequeña familia perfecta llena de imperfecciones.
¿Recuerdan como amaba la soledad? Ahora le temo demasiado y no porque no me guste sino porque tengo mucho miedo de perderlos, mi vida sin ellos ya no volvería a ser igual, es más; sin ellos no tendría sentido vivir.
Quiero que sepan que yo si creo en el destino y creo porque Sebastián y mi hija son mi destino.