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No sabía si era de día o de noche, pues la habitación donde se encontraba no tenía ventana, ni siquiera una minúscula grieta por donde pasara un rayito de luz.

Por fin era el día, hoy se haría realidad todo el plan que venía ingeniando desde hace unos meses, ahora que era el momento se sentía tan irreal.

Solo un poco más y saldría de ese infierno.

Oh, si supiera que esto es solo el comienzo.

─Veo que estás despierta. ─ escuchó la gruesa voz de aquel hombre a través de la puerta de metal.

Dejó escapar un bufido ─Por supuesto, después de todo estoy "taaan" emocionada ─ frunció el ceño con molestia ─, que no pude dormir en toda la noche.

Tras una carcajada, abrió la puerta, un chirrido insoportable hizo estruendo en los oídos de la chica, manchados de sangre seca de quién sabe hace cuánto tiempo, cerró los ojos por el fuerte dolor de cabeza que tenía, y que gracias al sonido se intensificó.

─Bueno, vamos, tienes que ponerte bonita para el jefe. ─ su sonrisa sádica y expresión enferma le dieron ganas de vomitar, su cabeza daba vueltas y sus manos temblaban, solo se abrazó a si misma y asintió bajando la cabeza, estaba demasiado débil como para decir algo en contra, y él lo sabía.

Se sentía una mierda por haber aceptado trabajar con esas basuras, el caer tan bajo por miedo a lo que podría pasarle, pero muy en el fondo, trataba de excusarse y convencerse de que el plan que estaba llevando a cabo lo valía, que pronto pasaría y esto se olvidaría, sí, todo estaría bien.

La llevaron a una habitación que parecía ser de un hotel, estaba extrañada, pues no se imaginaba que tuviesen celdas y habitaciones como donde estaba hasta hace unos minutos, se mordió la mejilla interna con frustración, pero no bajó la guardia y miró todo con atención.

Tomó una ducha, quedándose bajo el agua tibia durante horas probablemente, cerró los ojos, sintiendo las pequeñas gotas pasar por todo su cuerpo.

Comenzó a llorar, quién sabe el por qué, las lágrimas iban bajando por si solas sin su permiso, apretó los puños y se apoyó en la pared, estaba cansada.

─Quiero que esto acabe de una vez por todas. ─ murmuró abrazándose a si misma.

El sonido de unos golpes en la puerta la hizo reaccionar ─Oe niña, ya sal de ahí, llevas mucho tiempo. ─ cerró sus ojos con fuerza y respiró profundo.

─¡Sí, ya salgo! ─ giró la llave y el agua corriendo cesó, todo se sentía tan frío ahora, la imagen del peliañil y del rubio no dejaba de aparecer una y otra vez en su mente ─Los extraño demasiado, chicos... ─ una expresión de melancolía y dolor abarcó su rostro ─Pronto nos reuniremos, no se preocupen. ─ salió de la ducha envuelta en una gran y suave toalla, era hora de seguir con el plan.

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─¿Oh?, vaya, nunca tuve el honor de conocerte ─ una desconocida voz le erizó la piel ─, sí que eres una hermosura. ─ rió para si mismo, rodeándola y pasando su mano por su brazo descubierto, las ganas de vomitar que tenía Hoshinaka eran demasiadas.

─Mu-Mucho gusto... ─ trató de sonreír, pero una mueca salió en su lugar.

La expresión del hombre cambió a una seria ─Bueno, ya que has decidido trabajar para mi, tienes que probar tu lealtad hacia mi ─ una retorcida expresión enfermiza se adueñó de su cara ─, ya que estoy desocupado, tendrás el honor de que yo mismo te acompañaré ─ caminó hasta ella y la rodeó con su brazo ─, ven, ven, veamos qué puedes hacer. ─ rió mientras comenzaban a caminar a la salida.

𝒍𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆 𝒃𝒖𝒕𝒕𝒆𝒓𝒇𝒍𝒚 || 𝙩𝙖𝙢𝙖𝙠𝙞 𝙖𝙢𝙖𝙟𝙞𝙠𝙞 ✓Where stories live. Discover now