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Esa no era mi casa.

Supuse que era la casa de Joaquín, y definitivamente no iba a dormir con el todavía. Todo a su tiempo ah.

-Joa, quiero ir a mi casa. -le dije en voz baja.

Seven: Shh, después te llevo en el auto. Llevemos a Ivo a dormir primero.

-Pero Joaquín, es lo mismo.

Seven: Pago yo, te parece?

Bueno, sinceramente no le veo sentido a eso de llevar a Ivo a dormir y que después vengamos en el auto a mi casa, pero bueno, una visita no hace ningún mal. Total mi viejo sabe que iba a venir tarde, no pasa nada.

En el uber, veníamos Joa y yo sentados uno al lado del otro, y bueno, Ivo venía acostado en nuestras piernas.

El sueño ya me había empezado a pegar, y aunque el viaje no era largo hacia su casa, quise apoyarme a cerrar los ojos en su hombro un rato, así que lo hice.

Reposé el lado derecho de mi cabeza sobre su hombro, me quedaba un poco levantada ya que era más alto que yo.

Con su mano libre, me apartó el pelo de la cara y lo escondió detrás de mi oreja.

Seven: Te quiero mucho, pupi.

-Yo también te quiero Joa.

(..)

X: Bueno, ya llegamos.

El auto frenó en frente de la casa de Joa.

Seven: ¿Cuánto es?

X: 250 pesos.

Sacó un poco de dinero que tenía en el bolsillo, lo contó y le pagó.

-¡Gracias! Buenas noches.

X: No, a ustedes. Duerman bien muchachos.

Siete se bajó a la vereda y me quedé con el torso de Khea apoyado en mis muslos. Le hice amagues para que se despierte pero no hubo respuesta.

Joa lo agarró de las piernas y yo lo agarré de los brazos, parecía que llevábamos un cadáver, nos reímos.

Khea: Ay chicos, suéltenme. -soltó, nos asustamos y se nos zafó el agarre, haciendo que caiga al pasto y se golpee.

Seven: Fo Alfredo la concha de tu madre, me re asustaste.

-¿Te hiciste muy mal? Levantate.

Ay, ella siempre la preocupada.

Khea: No, estoy bien. Me voy a dormir, ojo con lo que hacen. -soltó una risa y se chocó la puerta. Está demasiado mamado.

Seven: está cerrada. -puso cara seria y sacó las llaves del bolsillo, abriendo la puerta.

Ivo giró la manija de la puerta y se fue a su habitación, sin decir nada.

Quedamos un rato callados en la puerta, no habíamos pasado todavía ya que según Joaquín sólo veníamos a dejar a Khea dormir.

-.Bueno, qué onda ahora. -lo miré.

Seven: No sé, qué querés que hagamos? Dame opciones si es que las hay *ríe*

-Llevame a mi casa, tengo sueño.

Seven: ¿Y si te quedás?

-No puedo dormir en casas ajenas, me cuesta mucho.

Seven: Ahh, pero estoy yo, ¿ahí sí? -hizo pucherito.

-No Joaquín, no. -dije haciéndome la enojada.

Seven: bueno, a tus órdenes flaca. -buscó las llaves del auto y tocó un botón para que se abra, hizo una luz roja.

Me subí al auto, del lado del acompañante y atrás mío subió Seven al asiento del conductor. Cerró la puerta y puso en marcha el auto, no veníamos hablando demasiado en el auto y me puse a mirarlo, él apoyó su mano en mi muslo mientras avanzábamos por la calle.

Y pienso, ¿Cuántas quisieran ser yo en este momento? Me doy cuenta lo afortunada que soy de estar ahora mismo con Joaquín Cordovero, pero no como novios ni nada así, si no que en tiempo y forma, en el presente.

Algo que mi yo de hace dos años creía como lejano e imposible, pero ahora estás. Lo besaste, estuvieron en una fiesta, salieron, y ahora estás en un auto con él a solas rumbo a tu casa.

Le tomé la mano y la besé, sentí sus anillos.

-Gracias por elegirme.

Seven: Nunca te elegí bebé, vos tenías que aparecer en mi vida. ¿Por qué creés que te caíste de esa bicicleta ese día?

-No sé, cosas del destino capaz *reí*

Seven: Estamos destinados a estar el uno al otro. Sos tan especial para mí y tenés un brillo único, eso me ayudó a distinguirte del resto.

Ay dios, qué tierno que puede llegar a ser a veces. Le tengo que hacer un buen regalo de cumpleaños en conmemoración.

-¿Qué te picó que andás tan tierno? Rarito. -le pegué suavecito en el brazo.

Seven: no bueno, ya no te digo más cosas lindas.

Reímos, cómo se le achinan los ojos yo me muero.

Llegamos a la vereda de mi casa y Siete me miró.

Seven: ha llegado a su destino, ojalá haya disfrutado del viaje. -dijo imitando a la voz femenina del GPS.

-si si, no hagás mucho ruido cuando salgás porque se va a despertar mi viejo o van a chusmear los vecinos. -susurré.

Seven: no corazón, callado como ninja.

Sonreí y me bajé del auto, lo rodeé para llegar a la vereda y Joa bajó la ventana.

Seven: Ey linda, despedite bien. -me dedicó una mirada picarona, me acerqué a él y me agaché para llegar mejor.

Saca un brazo y me agarra de la nuca, me arrima hacia sus labios y nos empezamos a besar con intensidad. Entreabrí un poco la boca para que el beso sea más "profundo", no sé si me explico.

Nos separamos y me dió un pico, me susurró al oído con voz ronca:

Seven: Soña conmigo, chula.

Yo solo reí y cuando llegué a la puerta, le hice señas con la mano hasta que arrancó el auto y se fue.

Empezó a sonar el claxón sin parar mientras daba la vuelta, y le dije que se calle.

Se vieron prender las luces de un par de ventanas pero me dió igual, saqué las llaves de mi campera y abrí la puerta. Subí despacio las escaleras y me encerré en mi habitación.

Otra noche más, mi cabeza necesitaba descansar y tomarse un break de mi día a día.

Qué capítulo más pete, pero quería terminar la fiesta ya.
Como siempre, gracias por leer y voten la historia, besosd

Porfa | Seven KayneWhere stories live. Discover now