—Ve y entra a babear como las otras —se larga—Dame más motivos para partirle la cara.
—¿De qué estás hablando? —lo detiene ella en el pasillo vacío ya que todos están en clases.
—¡Estabas mirando a ese imbécil!
—Oye ven...
Lo vuelve a tomar en el pasillo oscuro que tiene un punto ciego donde se guarda el botiquín y el extintor.
—No estába babeando por nadie —le habla demasiado cerca, siempre lo hace cada que Chris tiene ataques de rabia.
Su amigo posa la mano en su cintura y ella en su cuello, pero desiste con lo duro que tiene el miembro y él la pone contra la otra pared cuando al percatarse de que notó la erección. Es su amiga y no se acuesta con sus amigas, pero ahora siente que si no la folla habrán problemas.
—Chris no lo dañemos —se apodera de su boca tocando su lengua y ella corresponde con las mismas ganas. No quiere aruinarlo, pero...
—Solo será una vez y ya —desenfunda la polla queriendo echarle un polvo rapido de pasillo— Lo olvidaremos.
Ella alza la pierna y él le arranca las bragas guardandolas en el bolsillos, está empapada, ansiosa y nadie puede verlos en la oscuridad cosa que aprovecha para adentrarse de un solo tirón. La mochila de Rachel cae y la sigue penetrando contra la pared.
—Dame —pasea los labios por los senos y ella se asegura que no venga nadie antes de ofrecerle los pechos de los que él se prende sin negarse a bajarla.
Y mientras Rachel se dejaba llevar por su mejor amigo en el pasillo, Emma no dejaba de ver al hombre que dictaba la clase.
No es fácil persuadir a un profesor de casi dos metros, castaño y con pinta de Can Divit, todas se concentran en sus libros, pero Emma sigue absorta cuando se pasea entre las filas.
Esta hablando de los explosivos más peligrosos que hay y su mirada se cruza con la suya cuando se acerca a su puesto, baja los ojos a su minifalda enarcando una ceja y avanza dando continuidad a la clase.
Pero Emma está hecha un río, desconcentrada y se le despiertan las neuronas cuando hablan de un examen que no tiene idea sobre qué es ya que ha estado fantaseando con el hombre de acento ruso, que empieza a soltar preguntas, pero ella no logra responder ninguna.
—La señorita James se queda después de clases.
Es la única tonta que no respondió ni una sola pregunta y desocupada el aula se queda en la silla mientras él se acerca con una mirada que no tenía antes.
—Lo lamento, prometo concentrarme a la próxima —la rodilla se le separan solas con su proximidad y él se humedece sus labios apoyando el brazo en el espaldar que tiene atrás.
—Cierra las piernas —exige.
—No quiero.
El profesor repara su cara, esa niña era una pequeña ante él, pero la tensión es alta y ella lo termina besando como si no aguantara las ganas de comerse la boca de ese hombre.
Las manos de él no se resiste y termina hurgando en sus pliegues masturbandola mientras contiene las ganas de ponerla contra la mesa y darle reglazos en el culo.
No puede hacer eso, es un maestro, ella de seguro es menor, pero mete y saca los dedos a la vez que ella gimotea abriéndose más, mostrando las bragas rosadas, se corre y él se chupa los dedos lamiendo el néctar de esa niñita.
Cada uno toma sus cosas queriendo irse ya que la cosa puede tornarse más oscura, Emma no sé cree que haya besado a su maestro y se recompone buscando la salida, pero...
Vlad su novio la está esperando en la puerta.
—Hola papá —saluda al hombre que viene atrás a la vez...
—Ved'ma —dice su suegro profesor mirando a su derecha y Sam James aparece con una sonrisa en los labios.
—Ya conociste a mi hermana Emma por lo que veo —dice— Emma él es mi novio, se lo presentaré hoy a mamá.
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