Pista 11: "Stairway to Heaven"

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"Hay una dama que está segura

de que todo lo que reluce es oro,

y está comprando una escalera al cielo"


La primera vez que despertaron a Amber fue Pogo. Ella casi lo asesinó pero recordó, entre la neblina del sueño y las ganas de cometer un acto que haría que la Agencia Protectora de Animales se le echara encima, que era bueno ser despertada cada dos horas después de una conmoción cerebral. Espera... ¿eran dos horas o eran tres? Bueno, eso era poco importante. Amber le dio las gracias, gritó que estaba despierta, cerró los ojos de nuevo, la sacudieron de nuevo, fue al baño a lavarse la cara y luego volvió a la cama para dormirse otra vez.

La segunda vez que la despertaron fue Pogo hablándole de algo. Estaba segura que oyó los nombres de Diego y Luther, pero para empezar  ni siquiera había conocido a Diego y a Luther solo lo había visto una vez y en esa ocasión él la había echado de una camioneta. Vale, sí, ella había decidido irse voluntariamente, pero él todavía la había echado. De todas formas, dejó de escuchar y acabó dormida de nuevo.

La tercera vez que la despertaron, Amber echó de menos a Pogo. Esta vez fue una mujer rubia increíblemente hermosa y perfecta que parecía una reproducción que Doris Day, una de las actrices que más le gustaba a su madre del cine clásico. Por lo que su cansado cerebro pudo reunir, esa debía de ser la madre robótica de los Hargreeves que posiblemente también fuera la única que les había enseñado los conceptos básicos de humanidad. Eso es explicaba tantas cosas... La Robot Doris Day la obligó a comerse unas tortitas con una carita sonriente, la revisó, la obligó a beberse un vaso de leche, le peinó el pelo y luego la obligó a beberse un vaso de agua enorme. Todo eso sin dejar de sonreír. Luego la tapó cuando volvió a caer dormida.

La siguiente vez que se despertó, lo hizo sola y la cabeza le dolía considerablemente menos.

-Oh, bien -dijo una voz desde el otro extremo del cuarto- ya has despertado.

Amber cerró los ojos de nuevo.

-Sé que estás despierta, Amber -suspiró Cinco.

Ella se negó a abrir los ojos.

-Tenemos cosas que hacer.

Siguió sin hacerlo. Finalmente, escuchó que Cinco se acercaba a ella y le tocaba el hombro con cuidado. Ella abrió los ojos, cogió su almohada y le intentó golpear con ella. "Intentar" ahí es la palabra clave porque Cinco era un asesino atemporal de sesenta y tantos años, y ella la hija de una abogado de la mafia de quince sin ninguna instrucción. 

Cinco esquivó el golpe con una facilidad que la hizo parecer estúpida. Sin embargo, ella no se rindió y lo intentó de nuevo. Obviamente, Cinco lo esquivó de nuevo porque posiblemente para él fuera un movimiento a cámara lenta.

-¿Se puede saber qué te pasa? -inquirió él frunciendo el ceño y quitándole la almohada de las manos- Tenemos cosas que hacer, Amber, no tengo tiempo para esto.

-¡Imbécil! ¡Te estuve buscando ayer todo el día!

-Si hubiera querido tu ayuda, habría ido a buscarte.

Amber intentó pegarle un puñetazo. "Intentar" fue de nuevo la palabra clave ahí porque Cinco arqueó una ceja cuando ella no le dio.

-Te hubieras roto el pulgar si hubieras acertado -le señaló y Amber quiso pegarle de nuevo.

-Eres gillipollas, lo sabes, ¿verdad? ¡No puedes dejarme atrás constantemente sin darme ninguna explicación! Creí que eso había quedado claro. ¡Estamos impidiendo el apocalipsis juntos! ¿Qué parte no entiendes de "juntos"?

Lista de reproducción para el apocalipsis [The Umbrella Academy]Where stories live. Discover now