Capítulo XVI

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—¡Por aquí!— indicó _____ más adelantada a él.

—¡Bien!— asintió para darse más impulso y avanzar en la patineta.

Si fuera un día cualquiera, quizás iría a su par, pero el hecho de que iban a conocer al tío de la muchacha, lo ponía nervioso.

Observó bien el lugar por donde iban, resultándole familiar. Y temía que no fuera lo que estuviera pensando. Enfocó su mirada en la apellidada Miura, notando que se detenía en una esquina, casi enfrente del cementerio que había allí.

—¿Estás bien?— preguntó cuando se detuvo a su lado.

—Sí...— asintió distraído, sin poder despegar la vista de aquel sitio.

—¿Quieres llegar hasta aquí? ¿O ir a donde está?

A sus palabras, tragó saliva para aceptar esa última propuesta. ¿Era tarde para decirle que tenía fasmofobia? Volvieron a subirse a sus patinetas y se adentraron en ese sitio público, lentamente.

Reki Kyan veía a todos lados, notando que tres o cuatro personas estaban allí. Debía tener esperanza de que alguno de ellos fuera. Temía un mal resultado. Y el silencio de la chica lo hacía aún peor. A parte, hacia lo mejor posible para no alejarse demasiado.

Se detuvieron en un momento, haciendo que su mirada volteara a una tumba, con el nombre de "Katsumoto Miura" grabado a un lado.

—Yo... _____... No sabía que tu tío estaba...

—¡Tío!

A la exclamación de la muchacha, volteó a ella, notando que sonreía y alzaba una de sus manos a un hombre que salía de un pequeño pasillo de tierra, algo perdido en sus pensamientos. Pero al oírla, la vio y sonrió por igual.

—¡_____!— y se apresuró a donde estaban ellos.

Reki miró extrañado al hombre y luego la tumba, y repitiendo la acción varias veces. ¿Qué?

—¿Recuerdas que te hablé de Reki Kyan? Pues es él— lo presentó.

Cuando ambos voltearon a verlo al chico de cabellos rojos, éste estaba sumamente pálido y sudando, sin comprender nada y con la vista clavada en donde aparecía ese nombre.

—Menos mal que yo me llamo Mako— agregó el pariente de la joven, notando que tendrían que salir de allí antes de que el Kyan se desmayara.

—Menos mal que yo me llamo Mako— agregó el pariente de la joven, notando que tendrían que salir de allí antes de que el Kyan se desmayara

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—Perdonen por lo de hace rato— dijo recuperando el ligero color bronceado de su piel lentamente, tomando un poco de agua.

—No te preocupes. Tendrías que haberme avisado que tenías fasmofobia, y no te habría llevado allí. Y menos detenerme inconscientemente donde alguien tiene el mismo un apellido— respondió la chica, apenada mientras estaba parada frente a Reki, quien estaba sentado sobre su patineta.

—Nunca supuse que iríamos a un cementerio...— murmuró desviando la mirada, algo avergonzado.

Por lo que le habían dicho, el tío de la Miura estaba solamente de pasada por aquella ciudad. Y solo por la mañana. A parte, aprovechó para ir a dejar unos inciensos en las tumbas de sus abuelos, así reemprender camino.

Retomó aliento y se incorporó rápidamente, para hacer una reverencia ante el mayor.

—Un gusto conocerlo, soy Reki Kyan y disculpe la manera tan peculiar de conocernos— habló nervioso, sintiendo que una gota de sudor resbalaba por su rostro.

—No te preocupes, Reki. Y soy Mako Miura como dije. Nunca pensé que mi sobrina fuera tan pegada a un muchacho. Dime, ¿qué intenciones tienes?

Cuando levantó la cabeza a verlo, se asustó al notar una sonrisa amenazante junto a sus palabras.

—No empieces, tío— dijo _____ sin emoción alguna.

El mayor rodó los ojos, para terminar extendiendo una mano al muchacho que seguía algo asustado por su anterior actuar. Pero terminó tomándola. Quizás debía de ganarse la confianza de ese hombre. Nunca se sabe si terminarían siendo familia.

—Así que, ¿le ha enseñado a _____ a patinar?

Intentó sacar un tema de conversación, para olvidar lo de hace rato.

—Por supuesto, si ella te lo dijo, no veo necesidad de volver a preguntar— respondió Mako, pero al ver a la espalda de Reki, volvió a él como si fuera un niño obligado a hablar bien. Por lo que se notaba, _____ lo había visto mal. —Fue porque era un sueño frustrado mío, el de aprender a patinar. Así que le enseñé durante un tiempo.

—Fui la prueba y el error— mencionó la muchacha, parándose a un lado del de cabellos rojos —, ya que no le enseñó a sus hijos después— dijo como si estuviera molesta, pero en realidad ocultaba lo gracioso que le parecía.

—Lo bueno, es que aprendiste sola todo lo demás— sonrió el mayor, como si no captara nada de lo anterior.

Por lo que entendía Reki, en breves palabras, sería que el tío de _____ se cansó de enseñarle y ella siguió por su propia cuenta. Agradecía que se lo hubiera contado tiempo atrás a ello, sino estaría perdido en esa conversación.

—Es bastante increíble— agregó él, y giró su cabeza a la chica, mientras le regalaba una sonrisa.

Obviamente, se ganó un alzamiento de ceja por parte de Mako Miura.

Obviamente, se ganó un alzamiento de ceja por parte de Mako Miura

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INCREÍBLE SENSACIÓN |Reki Kyan y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora