Capítulo VIII

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Finalmente ya era viernes en la noche, ansiosa por dormir pronto tras una semana agotadora. Ese día, no había estado con Reki a parte de la escuela, así que no tenía nuevas noticias de la tabla. Sólo le seguía dando vueltas al tema de las carreras clandestinas de "S". ¿Cómo serían exactamente? ¿Podrían ser divertidas? ¿Peligrosas? ¿Entretenidas? Cuando el muchacho la llevara, se enteraría.

Salió del baño, ya cambiada a su pijama y agitando un poco su cabello para que se secara más rápido.

Se sentó en su cama, sabiendo que el silencio que había en su casa se debía a que sus padres ya se habían ido a dormir también. Y más si eran las doce de la noche. Jamás entendía el por qué terminaba bañándose tan tarde, hasta caer en cuenta que se distraía fácilmente con otras cosas antes de ingresar a ese cuarto de la casa.

Revisó su celular, notando que tenía unos cuantos mensajes por parte de Reki Kyan, a quien le había dado su número de teléfono ese mismo día también. Ingresó en la aplicación para leerlos mejor.

"_____! Ya tengo tu calcomanía!"

"Quieres ir ya?"

"Hooolaaaaaa?"

"Estás ahí?"

"1 patineta, 2 patinetas, 3 patinetas"

"Soy Reki por si aún no me agendas"

"Etoy solo, solito aquí"

El último era de hacía unos cuantos minutos. De igual manera, sus ojos se abrieron de a par. ¿Ya mismo? Nunca le dijo que sería ese día. Sentía su corazón saltar de los nervios que la situación le generaba. Y no tardó en responder.

"Ya?!"

Y quedó esperando a que respondiera, volteando de vez en cuando a la puerta de su habitación, prestando atención a que sus progenitores siguieran durmiendo. No había ruido alguno a parte de sus respiraciones y su ligero golpeteo al suelo con uno de sus pies descalzos que caía de la cama.

Al sentir que su celular comenzaba a vibrar, informándole que alguien la estaba llamando, notó que se trataba del chico.

Respondió apresurada, tapando un poco el parlante, a parte de bajarle el volumen a la llamada.

—¿Hola?

Dijo bajo, aguardando a una contestación.

—¡Hola, _____! ¿Entonces? ¿Quieres ir ya?— Reki, por su parte, hablaba sin problema alguno, mientras se escuchaba de fondo el ruido de un motor.

Pero es medianoche— recordó la apellidada Miura, con los ojos bien abiertos y evitando elevar la voz.

—Lo sé, y a esta hora abren sus puertas, así que dime si pasamos a buscarte.

—Eh...— miró su cuarto, dando de inmediato con la ventana por la cual podía salir. Sólo debía quitarle el seguro y podría hacerlo. Y debía buscar ropa nueva, porque la de ese día la había llevado para lavar —. Sí, sí, iré, no haré que sea un gasto.

—_____, si sientes que es una obligación, no vayas...

—Me gusta el skate, y admito que nunca he visto carreras de esto. Así que tengo curiosidad también— confesó, mientras hacia lo mejor posible para evitar hacer mucho ruido al momento de rebuscar en su armario.

¡Amo tu emoción!— exclamó —Espera, gerente Oka, llevaremos a _____— le informó al hombre que conducía el vehículo, provocando que fuera frenando —. ¿Podrías pasarme tu ubicación?

—Ya lo hago, pero espérenme en la esquina— susurró para colgar.

Con una mano mandaba su ubicación y con la otra sacaba un jardinerito corto. Pensó de inmediato que podría ponerse eso y una campera encima, así dejarse la remera del pijama y no preocuparse más. Tomó las primeras zapatillas que tenía a mano, notando que estaban algo gastadas en las puntas. Hasta podría ver un dedo asomarse. Decidió buscar unas que no la hicieran ver como vagabunda.

Oyó su teléfono vibrar, recibiendo un mensaje por parte de Reki, diciendo que en un minuto estaban allí. Y respondió que ya mismo salía.

Vaya, sentía su corazón latir rápidamente y más si se trataba de escaparse en medio de la noche de su casa por primera vez.

Vaya, sentía su corazón latir rápidamente y más si se trataba de escaparse en medio de la noche de su casa por primera vez

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INCREÍBLE SENSACIÓN |Reki Kyan y tú|Where stories live. Discover now