Házmelo saber

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¿Qué necesitaba para poder mantenerse en pie frente al rubio?

Coraje.

Realmente odiaba estar en la posición de tener en sus manos el futuro de su relación pero, ¿A quién más podía confiárselo? Quizá si lanzaba una moneda y esperaba hasta que ésta cayera al suelo la respuesta aparecería en su mente sin siquiera importar el resultado de la jugarreta.

Pero la vida no era tan simple y sus sentimientos no podían solamente estar enfrascados a un 'sí' o un 'no', después de todo Tsukishima no era solo su pareja, sino también su mejor amigo y tirar por la borda tantos años de amistad podía ser incluso peor que perderlo como amante.

Si bien el plan era verse hasta que el de pecas estuviera en su casa, ambos se toparon en la salida dirigiéndose al mismo lugar. Estaban frente a frente ahora, Yamaguchi parecía implacable a pesar de sus piernas temblorosas y sus manos sudorosas, mientras que Tsukishima irradiaba un aura de hastío y cansancio, sin embargo el peliverde podía ver un poco más allá de la fachada y se daba cuenta, por la ligera inclinación de los hombros del de lentes, que éste no estaba nada contento con la situación.

- Somos dos - pensó mientras levantaba el mentón, tratando de hacerse el orgulloso -

Encaminaron sus pasos tranquilamente, no charlaron ni trataron de hacer contacto visual hasta que llegaron a casa del más bajo, donde el rubio observó con cautela al peliverde, casi preguntando:

¿Me permites pasar?

El más bajo evocó esos recuerdos donde el rubio, a pesar de ser tan sarcástico, burlón y hasta cierto punto egocéntrico, conocía de modales en su niñez y adolescencia, en los momentos donde aún no eran tan unidos como hace un par de días; cuando inició a ir a su hogar él siempre preguntaba si se le permitía pasar, tratando de ser educado y cordial, cosa que dejó a Yamaguchi perplejo por el contraste tan extraño con su personalidad.

Sonrió con nostalgia y cabeceó un 'sí'.

Ambos se quitaron los zapatos y dirigieron sus pasos con cautela hacia la habitación donde tantas cosas habían pasado: su primer beso, sus primeras caricias, las risitas nerviosas reconociendo la cara del otro con sus manos, la primera vez que se dijeron 'te amo'... Tantas cosas que ahora podían parecer trozos de un vidrio roto que reflejaba lo inmadura que era su relación, los altibajos que pretendieron sobrepasar pero que al final los venían a encarar con una fuerza mayor y una crueldad demasiado cruda.

Sentía ganas de arrancarse el corazón.

La tensión rodeaba el ambiente, pero él simplemente tomó asiento en el lugar donde ambos veían la televisión y con la mirada invitó a Tsukishima a hacer lo mismo.

Seguían entendiéndose tan bien incluso sin hablar.

Tsukishima hizo ademán de sentarse y por un momento se observaron cara a cara, los ojos del más bajo no dejaban de analizar cada mueca que el de lentes hacía, como un perro olfateando a alguien nuevo, mientras el rubio se mantenía recto y a la expectativa.

- Debería empezar - puntualizó Yamaguchi, respirando hondo y exhalando con todas sus fuerzas para relajarse antes de la batalla campal que él creía que se vendría encima - Creo que te he dado suficiente tiempo para pensar en tus excusas ...-

- No son excusas - siseó el otro -

- Permíteme terminar - prosiguió, secando sus manos en el pantalón escolar - Te he dado - pausó cada palabra, mientras miraba hacia el techo, quizá tratando de darle más importancia a esas tres palabras, porque era verdad, él  le había dado tiempo para pensar, para buscar las mejores razones, para que pudiese sacarse de todo ese lío, y si Tsukishima no lo hizo, definitivamente era un imbécil - Suficiente tiempo para pensar en todo lo que me tienes que decir hoy, pero primero quiero permitirme decirte todo lo que siento - sonrió con ironía -

HANGOVER [TSUKIYAMA]Where stories live. Discover now