LA GUERRA DE SÍRPOLIS

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Había pasado la noche, al levantarnos, vimos la luz aquella lejana que seguía ahí, con la diferencia de que sabíamos que nuestros rivales estaban cada vez más cerca. Era una realidad, ese día, que era el motivo por el que estábamos en Sírpolis, había llegado. Algunos sirpolitanos ya subían la cuesta para meterse a La Sala Segura debajo del Palacio. Mientras veíamos todo eso, llegó Katherine. Las tres sirenas ya se habían levantado.

—Buenos días chicos. Os estamos esperando en El Edificio de Entrenamiento, venir cuanto antes —dijo Katherine.

—Ahora mismo —respondió Daniel.

Dicho eso, nos acabamos de preparar para salir y nos dirigimos directamente a donde nos habían indicado. Cuando llegamos, estaban las tres sirenas y César en círculo hablando.

—¡Hola a todos! —dijo César.

Nosotros saludamos con un gesto.

—¿Para qué nos habéis llamado? —preguntó Salah.

—Os vamos a dar las instrucciones sobre posicionamiento en el campo de batalla. Enseguida llegarán el coronel y la teniente de estrategia de guerra —dijo Ariel.

Nos acercamos a ellos y en unos tres minutos, llegó un hombre aparentemente normal, como nosotros y una sirena, ambos, con armadura y unas insignias vistosas.

—Coronel, teniente —les saludó César.

—Mi Sir —respondieron ellos, mientras se inclinaban a modo de reverencia.

Las tres sirenas, Katherine, Iris y Ariel al parecer, tenían el cargo de generales y consejeras, los cargos más importantes después de Sir. El coronel y la teniente también las saludaron.

—Ellos son los elegidos —les informó Iris.

—Sí, los habíamos visto pasar de lejos —respondió la teniente.

El coronel, se nos quedó mirando uno a uno.

—Un poco jóvenes me parecen la verdad, pero si los ha elegido la magia de Sírpolis, por algo será.

Nosotros hicimos oídos sordos a su comentario.

—Y bien... ¿Qué vamos a hacer en la guerra? —preguntó Natalia.

—Esto es justo de lo que os íbamos a informar —dijo César.

—Sí, escuchad con mucha atención — continuó Katherin, con autoridad— Daniel, Natalia, Iñaki, Ciro, Sergio, Javi y Nicolás estarán en el frente.

—Y, Noelia, Adrián, Marta y Salah estarán en El Palacio—dijo la teniente.

—Noelia y Marta junto a los habitantes de Sírpolis y Adrián y Salah en La Sala de las Burbujas. ¿Entendido? —acabó diciendo el coronel.

Después de explicarnos, con detalle, todo lo que debíamos saber, nos preguntaron si nos había quedado alguna duda.

—Tengo una pregunta —dijo Nicolás—. Si llegan al Palacio, ¿nuestros adversarios, podrían atacar directamente el Núcleo de Sírpolis?

—No, eso, es casi imposible, porque los soldados oscuros, para conseguir llegar a El Núcleo, tendrían que coger necesariamente el ascensor. Nosotros antes, con la ayuda de la magia, lo habremos encantado para que tuviera que detenerse obligatoriamente, en cada una de las Salas excepto en aquellas donde están los habitantes de Sírpolis —respondió la teniente.

—Al parar, sala por sala, tendrían que enfrentarse todo el rato, con los soldados sirpolitanos mejor preparados que están protegiendo las Salas más importantes, que son la de Las Burbujas, la de Las Perlas y la de El Núcleo—añadió Iris.

El Misterio del Gran CharcoWhere stories live. Discover now