17. Karaokes, decepciones y vodka

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-Siempre las he tenido-Amy recibió los lentes pero los dejó en la mesa junto a su bandeja-Es solo que solía cubrirlas con corrector.

-También solías usar mascara y brillo labial...-añadí cautelosa.

-Cambell dijo que le gustaba más natural-comentó sin mirarnos.

-Cretino-refunfuñó Mia por lo bajo. Ya no criticábamos a Cambell si Amy podía escucharnos, porque la ponía muy mal. Yo lo entendí a la primera, a Mia le costó un poco más.

Las tres guardamos silencio. Aquel día, todo el equipo de fútbol había decidió almorzar juntos y habíamos tenido que buscarnos nuestra propia mesa. Jeff incluso había tratado de acercarse pero Amy lo despachó con una mirada.

-¿Qué cuentan mis féminas favoritas?-una bandeja aterrizó junto a la mía. Esteban se sentó a mi lado y me dio un sonoro beso en la mejilla.

-¿Te conozco?-me limpié la mejilla, ofendida.

-Que perra te has vuelto-me sonrío negando con la cabeza.

-Quiero el crédito por eso-dijo Mia con la boca llena de pizza y levantando su mano.

-Hola, Esteban-le sonrió Amy.

-¿Estás bien, linda?-mi mejor amigo le dio una repasada a Amy y noté como ella luchó contra el impulso de dejar de ser cortés y simplemente rodar los ojos. Solo sonrió y asintió.

-¿Ya tienes tiempo en tu agenda para mi?-le pregunté para que dejara de analizar a Amy. Esteban se volteó hacia mi sonriente y me dio un pellizquito en la nariz.

-Que posesiva eres Catycat, no es un delito ser irremediablemente encantador-se jactó mientras destapaba su bebida en lata-Solo van tres semanas y me han propuesto ser presidente estudiantil, unirme al equipo de natación, al club de teatro, oh ¡Y cuantas fiestas!-enumeró con los dedos.

-Me alegró que te adaptes tan bien-le sonreí con sinceridad. Me sentía aún más desplazada que en Texas, pero era verdad que conocer a Esteban era estar viendo un cartel neón gigantesco que no podía pasar desapercibido.-Pero por favor, ya saca un poco de tiempo para mi. Tienes mucho que contarme-le recordé. Aún no me revelaba con quien se había enrollado en la fiesta en casa de Cambell.

-Lo haré, te lo prometo.

-¡Mierda!-Mia captó nuestra atención de nuevo. Estaba mirando su teléfono y comenzaba a incorporarse de su sentado "flor de loto" sobre la silla.-Tenía cita con el psicólogo-se tragó el último bocado de pizza y abrió su pudín para comerlo antes de irse.

-No te preocupes, siempre llegas tarde de cualquier forma-la animó Amy.

-¿Tú también vas?-comentó Esteban. Volteé a verlo sorprendida-La orientadora me aconsejó que empezara a ir. Al parecer, ser muy alegre es causa de preocupación.-explicó rápidamente.-¿Cómo es?-le preguntó a Mia, quien engullía con rapidez su pudín favorito.

-No es nada del otro mundo. El anciano es agradable.

Sin aviso, los cuchicheos comenzaron a sonar por toda la cafetería e iban aumentando el volumen.

-¿Qué pasa?-pregunté cuando vi que no era la única que lo notaba. Amy ya tenía su vista fija en la mesa del equipo de fútbol.

-Allá-susurró-Es Alison.

Mia, Esteban y yo volteamos en su dirección sin una gota de disimulo.

Alison estaba discutiendo con uno de los chicos al final de la mesa, me estiré un poco de mi silla para ver mejor, como buena chismosa. Frente a ella estaban Ryan y mi hermano, y al parecer la retahíla iba dirigida a este último. Seth se veía sereno, pero yo sabía, cuando comenzó a ver hacia los lados, que estaba ligeramente nervioso y avergonzado. Respondió dos o tres palabras y de la nada, Alison lo abofeteó. En toda la cafetería se escuchó un sonoro "Uhhh". En cuanto Alison dio media vuelta y salió de la cafetería, los cuchicheos volvieron a aparecer.

VIVIENDO CON EL ENEMIGO (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora