—No... N-no jamás te...

—Mírame bien, pequeña mierda. Si yo te reconocí después de ocho años, tú también puedes —Yibo lo miraba con ojos tan fríos e intensos que Jiyang sintió encogerse.

Dudó por un momento y volvió en sus recuerdos por unos segundos. Sabía que ese rostro le recordaba a alguien, pero solo creyó que era su mente creando locuras. Se fijó bien en aquellos ojos hermosos pero fríos que había visto alguna vez. Entonces lo recordó.

—¿Yi-Yibo? ¿Ese Yibo de... Nueva York?

Yibo suspiró sarcástico y se alejó un poco, posando una mano en su cintura y levantado un brazo para pasar la mano perteneciente a este por sus cabellos castaños. —Parece que no eres tan idiota como recordé que eras.

—¿Qué es lo que... Haces aquí? Si cuando yo me fuí...

—Bla, bla, bla. Escúchame bien, no estoy de humor para tus jueguitos.

—No estoy jugando —fue como si una ola de valor entrara en Jiyang y miró fijamente a Yibo, tal y como este último lo hacía o al menos trataba—. ¿Cómo olvidar al tóxico hermano de mi ex novio?

—Ah... Así que ahora lo recuerdas. Felicidades —Yibo rió sarcástico.

—¿Cómo está...

—¿Qué? ¿Hai-kuan? Te superó, me alegra decir. Justo por eso estamos aquí. No creas que yo puedo caer ante tu personalidad inocente y de 'yo no rompo un plato', obviamente fingida, me engañe. Sé que tienes algo en mente, tal y como lo hiciste con mi hermano.

—¿Qué tiene que ver tu hermano en todo esto?

—Que él tampoco vió la pequeña mierda que eras y se dejó engañar por tus supuestos encantos. ¿Cómo crees que quedó después de que lo dejaras porque debías regresarte a China sin siquiera decirle el por qué?

—Para que lo sepas, Hai-kuan y yo terminamos en buenos términos. Además el tenía que quedarse por su trabajo.

—¿Y ni siquiera te molestaste en decirle por qué? Te fuiste y se quedó creyendo que dejaste de amarlo o que ya no te interesaba por tres meses.

—¡Yo amaba a tu hermano! y la razón por la que me fuí no era de su incumbencia.

—¿Por eso te regresaste aquí y te fuiste a vivir con dos hombres?

Jiyang palideció nuevamente. —¿Cómo es qué...

—Ahora es mi turno de decir que eso tampoco es de tu incumbencia saber cómo lo descubrí. ¿Cómo crees que se sintió al saber eso? ¿Ah? ¡Habla, maldición!

—P-pero tengo una razón.

—Entonces dímela...

Jiyang lo miraba realmente apenado y muy asustado. —No te inporta.

—Perfecto. Eso creí.

—Yo... —Jiyang trataba de contener sus lágrimas— Enserio lo siento... Jamás quise que...

—Tus disculpas y lamentos no sirven ahora. Escúchame bien, aléjate de Zhan o haré lo que tuve que hacer cuando supe lo que le hiciste a mi hermano.

Dicho eso, Yibo se arregló sus ropas y se dió la vuelta para quitarle es seguro a la puerta y abrirla, pero no salió de aquella pequeña habitación.

—¡Ah! Y lávate el rostro. Que por más que quieras esconder tus hipócritas lágrimas, puedo escuchar tus sollozos. No tardes.

Entonces salió, dejando a Jiyang completamente solo, llorando por la impotencia que sentía. Se estaba llenando de nervios. Su respiración se estaba acelerando considerablemente y pasó la mano por sus cabellos, jalándolos otra vez fuertemente. Sus ataques. Quería correr de ese lugar sin percatarse de los peligros e ir a algún lugar, cualquiera que no sea ese. No podía. No debía hacer eso. Había logrado tanto como para tirarlo por la borda otra vez.

Tentando al pecado [Yizhan +18] [EDITANDO]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें