10-Carson

1.6K 420 81
                                    

¿Modo espía?

La ayuda viene del enemigo.







Tuve una terrible pesadilla.

A media mañana sigo recreando (por absurdo que pueda ser), la caída en la última cargada de la pieza para la apertura de la "semanas deportivas" y me digo que, lo mejor es hacerlo sin ponerle peros.

— ¿No te alegra?

— ¿El qué? –atiendo a West.

— La nota ¡sacaste lo máximo! –casi deja el auto para que se conduzca solo– Si continuas así, serás graduada con honores.

— Esa es la idea...ojalá –emito un suspiro.

Más que por imaginar mi meta cumplida, por la canción romántica del play list del auto. West maneja y se mueve al ritmo para darme espacio, porque ha notado que hoy he activado mi ermitaño social. No es por ella sino por Codicia. Los entiendo en parte, pues aún no tengo avances en el plan y en la última llamada insinuaron algo con mamá.

Ella no puede estar en peligro por mí causa, así que debo atreverme esta noche a entrar al sistema de Dirección. Mi plan es antes que nada corroborar que Calen es el hijo de Sberna. Debo hacerlo, me repito, debo hacerlo. Respiro.

— Que rara estás –notan a mi lado–. Ni que estuvieras a punto de empezar los exámenes, en lugar de haberlos pasado con notas excelentísimas.

— Es por la presentación de apertura...mencionaste que habría demasiada gente.

— Sí, pero no para que te amedrentaras, sino para que veas que es tu momento de brillar –deja caer elevando una ceja– y de mano de Beck. ¿Dime, no le has visto más?

— Ni quiero –cuento por liberarme–. Anteayer estudiamos en la misma mesa de biblioteca y desde entonces muchos están curiosos de mí –tengo que taparme el rostro–. No sé, él...es demasiado ¡resplandeciente! y eso me amedrenta más que la presentación.

— ¿Ya no te gusta? –curiosea.

— No es eso...sí me, claro. Pero no estoy enamorada. Para eso me gustaría alguien menos sobresaliente.

West encorva sus labios como apoyando la teoría de que soy idiota. Aunque sí me gusta Beck pero su mundo, no me es atrayente. Cuando estamos solos todo es cien veces más real y así, no hemos vuelto a estar.

Entre ensayos la cercanía se ha sentido como si estuviera manteniendo la interpretación de un personaje. Si él me veía o hablaba, todos en derredor buscaban con sus ojos recelosos saber por qué, o para qué. Agotador.

De regreso, tras acabar las clases, vamos a la sala de danza para el último ensayo. West sirve de público, KIMKA me detesta por haberle quitado el papel principal y Beck me giña un ojo en saludo mientras bebe agua. De inmediato, West me codea en señal de que apreció el detalle. Sin querer se me afloja un bufido antes de separarme.

El primer ensayo queda de grabarlo y reproducirlo en la presentación. Al menos el efecto de la pesadilla se me ha ido cuando Beck y yo logramos un fin impactante. West se ha pasado semanas diciéndome que el vestuario será de lujo y con él, todo resaltará más. Tiene razón. Además, ahora me alegra saber que estará ahí como mi paparazzi profesional. Así podré reproducir todo una y otra vez debajo de mi colcha para que la chirriante luz del móvil se impregne en mis ojos después de quitarme los espejuelos e ir a dormir.

— Hola. Has estado fantástica –alaga Beck irrumpiendo mi cambio de vestuario.

— No debes estar aquí.

Sociedad Italina (Completa) ✓©Where stories live. Discover now