C a p i t u l o 33

31 6 8
                                    

Varias horas después de la boda

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Varias horas después de la boda.

—¿Ya me vas a decir a dónde vamos? —pregunto, una vez más. Pensando seriamente en darme por vencida.

—En unos minutos lo sabrás, cariño —toma mi mano, mientras deja un beso en el dorso de esta.

—Eso llevas diciendo los últimos diez minutos.

—Es porque eso llevas preguntando los últimos diez minutos —contesta.

Touché.

—¡Es porque no me quieres decir! ¡no me has querido decir nada!

—Lau, tu organizaste la boda, ¿no? —asiento dudosa, Elizabeth es quien se lleva el crédito— y yo organice la luna de miel. Tú nunca me dijiste nada, y yo no te digo nada.

Si Elizabeth, organizara bodas se haría rica.

Y también se quedaría sin cabello. ¿se imaginan a Elizabeth calva?

—¡Porque no me preguntabas nada! —le chillé

—Es porque no me interesaba —se encoge de hombre— lo que me importaba es esto, y las mil formas diferentes en las que te follare.

—¡Jason! —le chillé— no hables así en público, no me gusta.

Claro que me gusta que hable así.

¿Cómo? ¿sucio? Que hable de las mil formas en las que te follara, para que no puedas caminar.

Si.

—Y si lo hago en la habitación, mientras me montas, ¿te gustaría?

—No, —niego— no creo que haya tiempo de hablar.

—Cierto, tienes razón. No lo habrá, porque estaré follandote.

—¿Podrías dejar de decir que me estarás follando? —pregunte, volteando hacia otro lado.

Ojala las ventanas del auto dejaran ver más allá de mi propio reflejo. Todo el auto es polarizado, y no puedo ver más que el interior.

En todo el vuelo —muy largo, por cierto— no había echo nada mas que comer y dormir. Tanto que me perdí cuando anunciaban nuestro lugar de destino, o cuando empezábamos a aterrizar.

—¿Por qué? Es lo que te hare. Te follaré tan duro que no podrás caminar durante varios días, —el color rojo empieza a invadir mis mejillas— como la vez de la fiesta en la...

—¡Jason! —me sonrojo aún más, al recordar de que habla. Y al recordar como Abby, dijo, ¿Por qué caminas como pato? — ¿podrías solo olvidar eso?

—¿Y no poder verte sonrojada? Puff nunca.

—¿Qué tengo que hacer para que dejes eso por la paz? —pregunte, recargándome en el asiento. Él me miro, alzando y bajando las cejas— oh, no.

UACEN | Amarte es poco [En Proceso]Where stories live. Discover now