UACEN | Amarte es poco [En Proceso]

C a p i t u l o 30

—Podrías por lo menos fingir que no todo te da asco —murmura Abby, viéndome.

—¿Crees que si pudiera fingir tendría esta cara? —pregunte de mala gana— me duelen los pies, la columna, me siento hinchada.

—Pero si ya estas hinchada.

Dime que no lo dijo.

—Vale, vale, no estas tan hinchada como pensábamos.

—Eso ayuda mucho, querida amiga —solté con ironía, recargándome en la pequeña isla en el medio de la cocina.

¿les había dicho que estar embarazada era lo peor?

—Si no te gusta estar embarazada, ¿Por qué te embarazaste?

Dime por favor que no lo pregunto.

—¿Me podrías decir porque no te abortaron cuando podían?

—Ya, lo capto, estoy haciendo preguntas muy estúpidas, ¿verdad?

—Siempre las haces —solté, ella rodo los ojos— ¿les puedes poner extra zanahoria?

Ella había llegado a mi casa, a horas que prefiero no decir.

Polo y ella se habían enojado, y como no está Elizabeth, se había desahogado conmigo, ¿Por qué te fuiste, Elizabeth?

Porque él estúpido de tu primo le rompió el corazón, ¿lo recuerdas?

Pudrete, Max.

—¿Estas segura de que te comerás esto? —pregunta, viendo con asco lo que prepara.

—Si, ¿por que?

—Se ve... estúpidamente asqueroso.

—Lo sé —arrugue la nariz— pero sabe genial, además, eso se me antojo.

—¿Desde cuándo sabe bien la zanahoria —rayada—, pasas y mayonesa revueltas?

—No lo sé, pero quien lo haya inventado es un genio.

—Probablemente tú lo inventaste.

—Oh, soy una genia.

—¿Sabes cuándo llegará Elizabeth? —pregunta.

Se supone, que iban a hacer un pequeño baby shower para él bebé —o para mí— y Elizabeth, no se lo quiso perder.

—En estos momentos, debería de estar subiendo él avión —observo la hora— llegara después de mediodía.

—¿Qué harás de comer? —pregunta, viéndome, la veo con los ojos muy abiertos— no la puedes recibir sin nada.

—Ella nos recibió en una camisa de Adrián, y ahora las camisetas de Jason me hacen ver más gorda. —recuerdo