UACEN | Amarte es poco [En Proceso]

C a p i t u l o 23

Liam: Santiago está muerto.

Es lo primero que veo al despertar.

Mis ojos se abren con cierta sorpresa, mientras deshago un poco él agarre del koala… digo, de mi novio en mí.

Yo: ¿De qué hablas? Hace unos meses estaba bien.

Liam: Tuvo una pelea con su padre, tú mejor que nadie sabes que ellos nunca se han llevado bien.

Cuando Santiago y yo éramos, “novios” él, había tomado cierta confianza conmigo. Contándome cosas de su vida privada.

Yo: ¿Cómo paso?

Liam: Es una… larga historia. La única que lo sabe es su madre, y en estos momentos esta destrozada.

Yo: Entiendo, cualquier cosa que necesiten. Si puedo ayudar, no duden en llamarme

Liam: Lo encontraron muerto en la calle veintidós.

Yo: ¿Y qué hacia él ahí? Él nunca pasaba en esos sitios, no le gustaban.

Liam: Eso pensábamos todos, tengo que ir con Valery. Cualquier cosa te aviso.

Uh, la mención de la chica me hace poner los cabellos de punta.

Pasado.

—Ya no puedo más —murmurá él moreno, viéndome a los ojos— estoy hartó de todo esto.

—Si puedes —le devolví la mirada— puedes con eso y más.

—¡Mi padre me golpea! ¿Qué quieres que haga con eso?

—¿Tú mamá...?

—¡No! Ella no lo sabe —me mira, con advertencia— y ella no lo debe de saber.

—¿no has pensado en demandarlo? —preguntó, viendo sus ojos castaños rojos.

Y no están rojos solo por retener lágrimas.

—Lo he pensado —admite, cabizbajo— pero no puedo —suspira— por más que me gustaría no puedo.

—Creo que…

—Debería hacerlo, sí. —con mis ojos sigo todos sus movimientos

Veo como abre su cartera, sacando una muy pequeña bolsita de plástico, rellena con un polvo blanco conocido por muchos.

Cocaína.

Veo como lo vierte en la pequeña mesita de noche que tiene a su lado, y con una de las tarjetas —de su cartera— lo divide, lentamente y lo inhala, aplastando una de sus fosas nasales.

—Pero es mi padre —se digna a mirarme— ¿Cómo le podría hacer yo eso? ¿Cómo se lo diría a mamá? ¿y a mi hermano?

—Es algo que tarde o temprano lo tiene que descubrir.