El Regalo.

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- En verdad que es algo divertida está situación. - Dijo Kaminari riendo.

Midoriya se encontraba ya un poco molesto porque, de alguna manera, se siente traicionado. Claramente descartó a sus tres mejores amigos dejando como culpable a Uraraka quien es la única fuera de su círculo social que sabe su identidad.

- ¿Cómo sabes quién soy? - Fue la pregunta de Midoriya quien estaba enojado.

Kaminari dejo de reírse y comenzó a caminar de un lado a otro con una de sus manos en su frente. El peliverde sentía que se estaba burlando de él pero estaba controlando muy bien su temperamento explosivo, pues lo último que quiere, es meterse en problemas con el riesgo de ser expuesto y perjudicar su proyecto y a Kyoka.

- Uno siempre debe conocer a sus rivales. - Fue la contestación del rubio.

Midoriya no entendía lo que quería decir con eso. ¿Por qué rival? Entonces el peliverde comenzó a recordar las palabras de Uraraka: "Ikned está más cerca de lo que crees, querido", por lo que empezó a unir las piezas del rompecabezas.

- Ikned... Escrito al revés da Denki. ¡Denki! - Exclamó Midoriya sorprendido. - Tú eres Ikned.

- Correcto. ¡Un placer en conocerte, Aix! - Exclamó Kaminari sarcásticamente.

De nuevo, Kaminari comenzó a burlarse por todo lo que estaba sucediendo y Midoriya estaba más confundido y enojado y no entendía el por qué llegó a revelar su identidad. ¿Qué es lo que busca? Esa pregunta circulaba por la cabeza del peliverde buscando respuestas, mismas que busca obtener en este momento.

- ¿Uraraka te lo dijo? - Preguntó Midoriya.

- Ah, veo que no eres tan tonto como pensé. Pero no, mi ayudante no me dijo nada. - Fue la contestación.

- ¿Ayudante? Querrás decir compañera.

- Verás, a diferencia de ti, yo no veo a Uraraka de esa manera. Ella no es más que una mera herramienta y nada más. Ella quería escuchar lo que quería escuchar, la incentive y le di un empujón. Tiene una buena voz, admito eso, pero no para mí.

- Eres repugnante.

- ¿Lo soy? Tal vez es por qué inicie esta batalla contra tí. Por algo muy sencillo y turbio. Quiero a Kyoka a mi lado. En otras palabras, voy a robarte a Elma.

Midoriya, al escuchar ese nombre, empujó a Kaminari al suelo queriendo replicar la paliza que le dió pero se detuvo. Se levantó del rubio enfadado mientras Kaminari se reía a montones con el fin de colmar la paciencia del peliverde, pero el no perdía los estribos.

- ¿Por qué ir tan lejos? Esa razón suena igual de descabellada. - Dijo Midoriya aún confundido.

- ¿Lo es? Claro, tal vez para ti lo sea. - Comentó Kaminari seriamente. - Ella no me recuerda puesto que no estuvimos en el mismo grupo pero yo estube ahí cuando su sonrisa aún brillaba. Cuando podía hacer lo que tú y yo hacemos.

Midoriya comenzó a entender una cosa. Kaminari estaba loco. Pero aún, no sabía que hacer o como reaccionar por lo que se limito a escuchar.

- Todos supimos de su accidente en el auto. Ví como cambio su comportamiento, toda ella en general. Por eso estudie mucho. Yo, el tonto Kaminari el cual Aizawa odia. Por qué quería ayudarla a qué su voz no muriera, pero entonces apareciste tú. Tú, aquel que No estaba en la ecuación. Arruinaste todo. Y es por eso que te quitaré tu "voz". Ella será mía y no podrás evitarlo.

Kaminari se retiró dejando solo al peliverde que, sin entrar a su habitación, se sentó frente a la puerta mientras que llegaba alguien a sentarse a su lado: era Todoroki.

- Descuida, no diré nada. - Comentó Todoroki compasivamente. - Pero prométeme algo.

- ¿Qué cosa? - Preguntó Midoriya intrigado.

- Tienes que derrotar a Kaminari.

Un mes después.

El 25 de diciembre ha llegado, es decir, el día de Navidad.

- Me da un poco de pena. - Dijo Midoriya.

- Vamos, no pasa nada. Solo iremos con mis padres. - Comentó Kyoka. - Este será un gran regalo.

Yorushika había lanzado por fin su primer mini álbum bajo el nombre de "El Pasto Del Verano Está En Mi Camino". Una ironía ya que fue lanzado en invierno. Peliverde y pelimorada van en camino a visitar a los padres de Kyoka con la intención de darles de regalo aquel disco.

Los dos señores recibieron de buena forma al peliverde mientras todos bebían té en la sala y hablaban sobre todos estos meses de clases en UA.

- Y bien ¿Qué los trae aquí? - Preguntó el papá de Kyoka.

La pelimorada les pasó una caja sencilla que guardaba el disco. Ambos padres estaban confundidos y emocionados ya que ellos se habían declarado fans de Yorushika y reconocen ese gran proyecto.

- Mamá, Papá. La verdad es que ese es nuestro trabajo. - Dijo Kyoka un poco nerviosa. - Yo soy Elma y el es Amy. Nosotros somos Yorushika.

Los padres de Kyoka se emocionaron. Ambos tenían lágrimas en sus ojos. El señor fue el que se levantó para ir a abrazar a su hija.

- Llevo lamentandome desde el accidente. Yo tuve la culpa de que la flama en tu corazón se apagará. Me siento feliz por esto... Espero puedas perdonarme. - Dijo el padre sollozando.

- Yo nunca te odie... Me dolió cuando te distanciaste de mí. Nunca supe por qué lo hiciste. No pensaba que fuera por eso. No te sientas culpable. No fue tu culpa. Sigue esperando más música de mí. Te quiero papá.

Midoriya sentía cierta melancolía pues recordaba a su madre y los incontables abrazos que recibía de ella. Pero no se ponía triste. No quería arruinar el momento. Solo vio por la ventana y hacia el cielo.

- Gracias a ti también, jóven. Por darle música a su voz. - Dijo la madre agradecida. - ¿Por qué no te quedas a cenar? Puedes llamar a tus padres.

- Eso no será necesario. - Comentó Midoriya.

- ¿Por qué?

- No tengo padres. Mi madre murió hace un año.

Kyoka, su madre y su padre se pusieron tristes por lo dicho y el silencio se apoderó de la habitación. Midoriya estaba tranquilo mientras bebía de su té hasta que el padre de Kyoka se levantó.

- Navidad es para que la gente esté unida. Será un honor que nos acompañes.

Después de la cena, Midoriya estaba en el cuarto de huéspedes platicando con su "novia" Uraraka. Claramente no están feliz pero tenía que cumplir sus obligaciones como tal. Poco después entro Kyoka.

- ¿Estás bien? - Preguntó Kyoka.

- Lo estoy. ¿Que necesitas? - Replicó Midoriya.

- Vengo a darte tu regalo.

Kyoka le dió una caja que contenían una harmónica. El peliverde se emocionó por esto y le dió un abrazo a la pelimorada. Midoriya tomó se su mochila una caja igual la cual contenía unos audífonos para la pelimorada. A ella le agrado mucho que, por la emoción, le dió un beso en la mejilla al peliverde.

Después de eso, la pelimorada regresó a su habitación apenada por lo que hizo. Su pecho le dolía por una razón mientras abrazaba el regalo que le había dado Midoriya. Algunas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos mientras ella por fin, estaba siendo honesta consigo misma.

Tomó su celular y marco a su confiable amiga, Momo.

- Kyoka, felíz navidad. ¿Cómo estás? - Preguntó Momo.

- No lo sé... Pero se algo Yaomomo. Algo que ya no puedo ocultar. Me estoy enamorando de Izuku...

La Chica Semitransparente.Where stories live. Discover now